Qué es lo que une a Serpa y Gaviria
Opinión

Qué es lo que une a Serpa y Gaviria

¿La del liberalismo frente a la venta de Isagén, fue una jugada para conseguir el compromiso del nombramiento de Simón Gaviria en un ministerio? Analistas lo sostienen

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enero 20, 2016
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La venta de Isagén tiene muchos componentes y muchos cuestionamientos: los jurídicos, con varias demandas pendientes; los administrativos, con consideraciones negativas de los órganos de control (Contraloría y Procuraduría); los de ética, por hacerse en un momento en que están en receso las entidades llamadas a pronunciarse sobre ello (Consejo de Estado y Congreso de la República); la falta de claridad en la presentación, porque ya se aclaró que los recursos entran es al Presupuesto Nacional y será discrecional del Gobierno para qué los utiliza (ya el director de Planeación mencionó al Metro de Bogotá, la ALO, etc., y el d¥irector del Fondo —quien supone recibir los dineros— informó que esos entrarán solo poco a poco según lo decida el Gobierno); eso, además de los económicos y de conveniencia; y los de la naturaleza del comprador y la forma de la ‘subasta’.

Un experto en análisis de la política nacional me explicó que también pesan posiciones y motivos partidistas y personales. Y me hizo una interpretación que aquí reproduzco porque, como a la mayoría de los colombianos, hoy cualquier cosa me parece posible, y porque, por el tipo de relación y actuaciones de los personajes, me parece verosímil.

Es claro que el Partido de la U, formado por quienes se apegan a quienquiera que sea Gobierno,  defendería lo que el de turno proponga. También se considera que, siendo el principal beneficiario de esta medida el Dr. Vargas Lleras, los miembros del Cambio Radical no se lanzarían a opinar en contra, independientemente de si la veían con buenos ojos o no. El Centro Democrático, con Álvaro Uribe a la cabeza, se lanzó a oponerse porque su posición es la de controvertir con el Gobierno y con Santos más allá de cualquier consideración, es decir, aún si bajo el anterior mandatario la habían propuesto. La reacción del Polo Democrático y de sus voceros más que politiquera es totalmente consecuente con su línea ideológica y las políticas que de acuerdo con ella proponen. Algo parecido sucede con el Partido Verde donde los personajes representativos se dedican a mantener la imagen de que aunque no tiene propuestas ni programas sí son los llamados a calificar lo que el Gobierno o los otros actores proponen. Y el Partido Conservador mantiene su figura de desaparecido, sin tomar posición a favor o en contra no solo respecto al Gobierno sino respecto a toda medida que este adelanta.

Nada sorpresivo ha sucedido en el escenario de los partidos políticos donde la lógica de los intereses y las actitudes que han mostrado han sido totalmente consecuentes con lo que era de esperarse. Solo un caso ha sido la excepción y eso fue el Partido Liberal.

Como miembro principal de la coalición que llaman Unidad Nacional, el supuesto era que más que apoyar al gobierno en un momento tan debatible, sería el llamado a liderar el respaldo a sus decisiones. No fue así.

Algunos de sus importantes personeros —Vivian Morales, Sofía Gaviria y Luis Fernando Velasco— manifestaron sus reparos a la operación tomando posición contraria a la del gobierno. Está en su personalidad el actuar según sus convicciones, aun cuando ellas se distancien de la línea oficial, sea la del Gobierno o la de las directivas de su partido.

Lo que sorprendieron fueron las declaraciones de Horacio Serpa,
por la vehemencia con que se expresó, al afirmar que el Liberalismo se retiraría
de la coalición gobiernista si se realizaba la venta de Isagén

Lo que sí sorprendió fueron las declaraciones de Horacio Serpa, por la vehemencia con que se expresó, al afirmar que el Liberalismo se retiraría de la coalición gobiernista si se realizaba la venta. Más cuando lo hizo sin tramitarlo internamente como una decisión de la colectividad (pudiendo hacerlo como director). Pero aún más cuando, una vez concretado el hecho, retira la amenaza sin mayor justificación o explicación.

La interpretación propuesta (que yo solo repito) es que fue una jugada orientada a conseguir el compromiso del nombramiento de Simón Gaviria en un ministerio.

Y esa versión se basaría en los antecedentes: desde el momento en que acordaron que Serpa sería candidato presidencial y Cesar Gaviria jefe único del Partido, se formó una relación de reciprocidades como las que unen a los delincuentes alrededor de unas acciones ilegales; y eso  fueron las que el Consejo de Estado calificó además como violatorias de la Moralidad Administrativa, y las que los llevaron a sacrificar al Partido para apoderarse ellos de su cuota burocrática  y su presupuesto.

En su desarrollo, Simón Gaviria fue nombrado jefe único con el respaldo o el beneplácito de Serpa; Simón le devuelve la atención entregándole a su turno la dirección; en representación o cuota del Partido, Serpa respalda el nombramiento de Simón como director de Planeación Nacional; y desde su jefatura Serpa lo incluye dentro de los presidenciables para suceder a Santos. Lo único que faltaría para esa posibilidad (y para que sea  una alternativa válida contra Vargas Lleras) es tener un ministerio que, además de darle figuración, le dé un peso equivalente al que aquel detenta —posiblemente el de Hacienda o el de Minas y Energía—.

¿Será posible que acabe teniendo razón mi asesor en politiquería?

 

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