Que entre el diablo y escoja: de rey del ausentismo a presidente del Senado

Que entre el diablo y escoja: de rey del ausentismo a presidente del Senado

Desde el pasado 20 de julio, Arturo Char se convirtió oficialmente en un actor clave para el país. Dos politólogos analizan lo que habría detrás de su nuevo rol en el Congreso

Por: Juano Zuluaga* y David Silva**
agosto 11, 2020
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Que entre el diablo y escoja: de rey del ausentismo a presidente del Senado

La elección de Arturo Char como presidente del Senado de la República es el reflejo de dos fenómenos:

1. De la falta de cultura política de la ciudadanía que elige a personas cuestionadas desde el punto de visto ético-político, con investigaciones judiciales, integrantes de partidos políticos empañados por escándalos de corrupción y clientelismo, como es el caso de Cambio Radical, con campañas políticas en las que abunda el dinero y escasean las ideas y propuestas concretas.

2. De las prácticas clientelares de las bancadas mayoritarias del Congreso, que, en contravía de criterios éticos, de transparencia y gestión legislativa, construyen pactos políticos para alternarse la presidencia del Senado, otorgando a los ganadores la potestad de elegir a quien entre sus filas decidan, sin un mínimo cuestionamiento crítico.

Infortunadamente, como era de esperarse, Arturo Char resultó electo como presidente del Senado, ya que el sistema político colombiano da cabida a las alianzas, prebendas e intercambio de favores entre bancadas como manifestación del centralismo político y del clientelismo. Es decir, es similar a los procesos electorales, en los que ya se sabe quién es el ganador o ganadora, pero solo falta la elección para firmar los formatos y formalizar el triunfo, ya que la correlación de fuerzas estaba a favor de Cambio Radical y su candidato, Arturo Char.

Trayectoria política y económica de la Casa Char

La fuerza electoral que tienen los Char y su incidencia regional y nacional es bastante relevante: son cercanos al exalcalde de Cartagena y también empresario, Dionisio Vélez. Su hermano, Alexander Char, fue alcalde de Barranquilla en el 2003 y gobernador del Atlántico en el 2007. De igual manera, en las pasadas elecciones territoriales la casa Char logró hacer moñona poniendo en la gobernación del Atlántico a Elsa Noguera y en la alcaldía de Barranquilla a Jaime Pumarejo.

Además, son dueños de la cadena comercial Supertiendas Olímpica, Serfinanza, la emisora Olímpica Estéreo, así como de constructoras y del Junior de Barranquilla. A su vez, sus tentáculos burocráticos tienen impacto tanto regional como nacional, como se muestra en el gráfico que está en este artículo de La Silla Vacía.

En este sentido, el Grupo Char cuenta con un abrumante poder económico y político, sustentado sobre todo en la figura de Fuad Ricardo Char Abdala, cuyo antecedente en términos del potencial económico se remite a Ricardo Char Zaslawy, quienes son padre y abuelo de Arturo Char respectivamente.

Sin embargo, la trayectoria política de esta casa tiene como punto de partida el año de 1984 cuando Fuad Char fue nombrado como gobernador de Atlántico por el presidente Belisario Betancur por sugerencia de Jaime Castro, siendo este último directivo de la Dimayor donde conoció a Char. A su vez, fue Ministro de Desarrollo Económico desde 1987 hasta 1988, senador de la República y embajador de Colombia ante Portugal en el año 2007.

Esto evidencia que Arturo Char es un delfín político que logró cumplir el sueño frustrado de su padre de ser Presidente del Senado, quien fue derrotado en el año 2002 por 5 votos ante el antioqueño Luis Alfredo Ramos, hoy investigado por parapolítica. En esta elección fue determinante el apoyo del expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2006 y 2006- 2010).

Arturo Char: de rey del ausentismo a presidente del Senado

La elección del presidente del Senado de la República y de la Cámara de Representantes se debe a la existencia previa de acuerdos políticos entre partidos, siendo las bancadas más grandes las que en últimas imponen una correlación de fuerzas a su favor, para hacerse con esta importante posición de poder, ya que el mismo sistema político así lo permite.

Estos acuerdos surgidos al inicio de la legislatura del período 2018-2022, determinaron que los partidos a ostentar estas dignidades, en el caso del Senado, serían: Centro Democrático el primer año (Ernesto Macías, 2018-2019), Partido Liberal el segundo (Lidio García, 2019-2020), Cambio Radical el tercero y el Partido Conservador el cuarto. Para el caso de la Cámara de Representantes, se definió que fuera el Partido Liberal el primer año (Alejandro Chacón, 2018-2019), el segundo Cambio Radical (Carlos Cuenca, 2019-2020), el tercero Partido Conservador y finalmente Centro Democrático.

En concordancia con lo pactado, Arturo Char fue postulado por Cambio Radical como candidato desde diciembre de 2018, por unanimidad de la bancada, siendo el senador más votado de su colectividad; y como era de esperarse, tras obtener el respaldo del Partido Liberal, Partido Conservador, Centro Democrático, Partido de la U, Mira y Cambio Radical, fue electo presidente del Senado; mientras que el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, también como era de esperarse, es el conservador Germán Blanco Álvarez.

Por su parte, los partidos declarados en oposición, que son aplastados por el matrimonio político entre las élites, postularon a Iván Marulanda, senador del Partido Alianza Verde, como contraparte a estas maquinarias clientelares instaladas en el órgano legislativo.  Así, Char fue elegido con 76 votos, mientras que Marulanda solo obtuvo 20. Tres senadores del Partido Colombia Justas Libres votaron en blanco por no sentirse representados en ninguna candidatura y 7 se declararon impedidos por conflicto de intereses al tener vínculos con alguna de las empresas del Grupo Char.

Los enredos del nuevo presidente del Senado

La veeduría ciudadana Trabajen Vagos lo coronó como “rey del ausentismo”, ya que Char ha demostrado un notable desinterés ante la actividad parlamentaria, teniendo más canciones que proyectos de ley presentado, demostrando así que como congresista es un buen cantante. Según la veeduría, el senador Char se ausentó durante 149 días entre el período 2014-2018. ¿La causa? Aún es incierta. Lo que se presume es que tiene bajitas las defensas, tanto así que se enfermaba por lo menos una vez al mes durante el cuatrienio.

Si bien los congresistas se pueden enfermar,lo curioso del asunto es que las excusas médicas presentadas eran emitidas por médicos particulares. Algo similar sucede cuando los padres obligan a sus hijos a ir a la escuela, pero estos nos quieren ir, entonces se hacen los enfermos. Lo singular de este caso, pareciera que tanto el hecho de ser senador y ahora presidente del Senado fuera una imposición de su padre y no una vocación, ya que su verdadero sueño es ser cantante, siendo realmente talentoso para esta última.

De hecho, la senadora Aída Avella afirma en una entrevista concedida a Vicky Dávila en Semana que Arturo Char en un espacio informal en el Congreso le confesó que a él no le gusta el recinto, que no le gustan los discursos y que no tiene vocación para ser senador. Asimismo, Avella afirma que él mismo le había dicho al papá que no quería ser presidente, que en realidad es un cantante frustrado. Sin embargo, sus enredos no se reducen solo al ausentismo, a la falta de iniciativa legislativa y al querer ser cantante. Incluso, su carrera como cantante pudo haber sido menos espinosa.

Uno de los señalamientos más graves y comprometedores fueron las declaraciones Aída Merlano desde Venezuela concedidas a Semana. Merlano, condenada a 15 años de prisión por corrupción electoral, vinculó a diferentes casas políticas, dentro de estas la casa Char, quienes utilizaron su maquinaria para la compra de votos en la región Caribe.

Según esta entrevista, Aida Merlano aseguró que estuvo relacionada con la casa política Char, quienes la apoyaron al Senado porque necesitaban su caudal electoral, tanto para los Char como para la campaña presidencial de Vargas Lleras en el 2018. Luego ella se distancia y los acusa de haber comprado votos en el Atlántico, haber maniobrado contratos en Barranquilla con fines electorales y también de comprar votos en la Costa para la elección del subpresidente Iván Duque; y además afirma que contratistas de Barranquilla aportaron recursos para esta campaña. A su vez, la excongresista Aída Merlano ha emitido fuertes declaraciones en contra de Arturo Char por la presunta conspiración y participación de éstos en su fuga.

En este sentido, Arturo Char, entre otros, fue llamado el 12 de junio por la Corte Suprema de Justicia a una audiencia de versión libre en la cual debería defenderse de estos señalamientos. La diligencia estaba estipulada a realizarse el 7 de julio, sin embargo, a petición del abogado del senador, el magistrado Francisco Farfán Molina aplazó esta citación alegando que, en aras de garantizar los derechos de la defensa, ésta podría prepararse mejor. Lo curioso, es que la diligencia se aplazó para el 27 de julio, lo cual podría percibirse como una estrategia para dilatar el proceso, de tal manera que esto no afectara su posible elección como presidente del Senado, y además, afrontara este proceso ostentando la investidura como presidente del órgano legislativo y no sencillamente como senador.

De esta forma, el día 20 de julio del presente año, se eligió como presidente del Senado a un proveniente de la casa política más fuerte de la costa Caribe (la Casa Char) y que se proyecta como una de las fuertes a nivel nacional, que además de estos presuntos casos de corrupción que recientemente han salido a la luz pública, cuenta con algunos cuestionables antecedentes, dentro de los cuales, solo por citar algunos, se encuentran los relacionados con el caso Odebrecht y el exsenador de Cambio Radical David Char Navas, primo de Arturo Char y sobrino de Fuad Char:

- En el año 2018, la Fiscalía citó a imputación de cargos al empresario Javier Torres por la presunta firma de un consorcio de su propiedad (Consorcio Torres) del cual hacía parte la multinacional Odebrecht. Se firmó un contrato falso por alrededor de 9.400 millones de pesos con una empresa de propiedad de Torres por la construcción de la Ruta del Sol II, obras que nunca se realizaron. En este sentido, la relación entre Torres y la Casa Char, se puede rastrear desde el ámbito familiar, Katia Nule, esposa del popular exalcalde de barranquilla Alejando Char, es madrina del hijo de Torres. Del mismo modo, como lo demostró la investigación de La Silla Vacía[1],los megacontratos firmados por una empresa de Torres con la alcaldía de Barranquilla desde hace 12 años, período desde el cual el charismo se montó en el poder local.

- Su primo, el exsenador de Cambio Radical, David Char Navas estuvo preso y procesado por una investigación en la Corte Suprema de Justicia por presuntos vínculos con la parapolítica, a quien la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) le concedió libertad transitoria y anticipada por su aporte a la JEP y a la Comisión de la Verdad. Él reconoció ante las audiencias públicas de la JEP haber tenido relaciones con los paramilitares y haber comprado votos.

La llegada a la presidencia del Senado: implicaciones de una “jugadita” política de las élites del país

Las intenciones por parte de los partidos con mayor votación en el Senado de ostentar el cargo más alto del Congreso de la República, y a su vez, que pueden o no configurar alianzas con el gobierno nacional, no son menores. Esto se debe a la relevancia que tiene del presidente del Senado: la definición del orden del día para deliberar sobre los diferentes proyectos de ley, lo que es importante para la construcción de la agenda legislativa en el sentido de lo que se incluye y lo que no, bajo qué lógica de jerarquía se abordan, además, tiene la capacidad de dilatar ciertos debates y proyectos de ley. De igual manera, el presidente del Senado es el que asigna y quita la palabra durante el desarrollo de las sesiones y otorga mociones de censura.

En suma, el presidente del Senado puede tener un alto grado de maniobra en las sesiones, como lo demuestra “la última jugadita” del expresidente del Senado, Ernesto Macías para sabotear la réplica de la oposición durante la instalación del Congreso; lo cual lo convierte en un actor clave para la creación de agenda pública en el país y del proceso de aprobación legislativa.

La elección de Arturo Char hace parte de un entramado de intereses, dado el rol preponderante que tiene el presidente del Senado en la designación de procurador general. Asimismo, se debe a las intenciones políticas que tienen de incidir en la elección del procurador general, teniendo presente que dentro del mecanismo de elección del mismo,se conforma una terna con un candidato postulado por el presidente Iván Duque, uno de la corte Suprema de Justicia y otro del Consejo de Estado. Sin embargo, es en última instancia, el Senado en plenaria quien termina votando y decidiendo quién será el nuevo procurador. Motivo por el cual el gobierno nacional y la casa Char necesitan a Arturo en la presidencia del Senado para hacer maniobras encaminadas a favorecer la candidatura que emane desde la alianza de los partidos de gobierno, siendo Cambio Radical uno de estos.

Así, tener un procurador de bolsillo garantizaría un fortín burocrático que permitiría afianzar redes clientelares. Y a su vez, es importante porque desde esta entidad que se pueden maniobrar investigaciones, bien sea a fin de favorecer a amigos y aliados de estos sectores, o la apertura de investigaciones contra funcionarios públicos y/o particulares que ejerzan funciones públicas opuestos a los intereses de la correlación de fuerzas impuesta por el gobierno nacional y sus partidarios, tal como lo sucedido con el caso de la investigación iniciada en contra Gustavo Petro cuando fungía como alcalde de Bogotá, la cual terminó con su destitución por decisión del exprocurador Alejandro Ordóñez.

Reflexiones finales

El Senado le da la espalda al país y elige a una de las personas más cuestionadas para liderar la agenda legislativa, para hacerle frente a la difícil situación derivada de la pandemia. Artuo Char asume la presidencia en medio de una crisis institucional en la que el país cada día conoce más casos de corrupción, desvío de recursos públicos, compra de votos, prebendas políticas, entre otras. Pese a este panorama, y pasando por alto los enredos en los que se encuentra Arturo Char, este (y las respectivas fuerzas firmantes del acuerdo político) cumplieron su cometido de pasarlo del rey del ausentismo a coronarlo como rey del Congreso, demostrando que los tentáculos del clientelismo y las casas políticas tienen secuestrada a la democracia colombiana.

Sin lugar a dudas, este fue un error político si lo entendemos en su relación directa con la crisis de legitimidad que tiene el gobierno y el Congreso de la República ante la ciudadanía y de cara a la crisis civilizatoria. Elegir a personas como Char, primero como senador y luego como presidente del Senado, profundiza esa falta de credibilidad en las instituciones estatales, evidencia además cómo estas fuerzas políticas se han aferrado al poder político y devela que las fallas del sistema político colombiano, no solo permite que este tipo de fenómenos sucedan, sino que, además, se sostengan en el tiempo y se reproduzcan.

Desde una lectura sobre el afianzamiento de la correlación de fuerzas que se configura a dos años de terminar el mandato de Iván Duque y la legislatura del Congreso, esta elección, estratégica para el ejecutivo a raíz del sistema de alianzas y apoyos que obtiene al interior del legislativo, no garantiza la independencia de poderes ni el sistema de pesos y contrapesos entre los mismos. Esto, teniendo en cuenta toda la agenda legislativas de reformas que se pretenden tramitar, por ejemplo, la reforma a la justicia propuestas por Duque desde su campaña política a la presidencia, la cual, ahora ante la situación derivada de la detención domiciliaria de su mentor político Álvaro Uribe, se ha venido perfilando como una prioridad del partido de gobierno, que a su vez, beneficiaría a otros partidos políticos involucrados en diferentes procesos de investigación, convirtiendo esta reforma en un vehículo para salvaguardar el clientelismo y el poder de las élites políticas.

En este sentido, para Duque (y, realmente más que para Duque como subpresidente, para Uribe y el partido de gobierno) contar con un aliado como Char en la cabeza del Senado, con el respaldo de su partido y las demás fuerzas que le apoyan, resulta estratégico a raíz de que en este tercer año de mandato es donde podrían lograr tramitar grandes reformas aprovechando la correlación de fuerzas, las cuales serían difíciles en el cuarto año debido a la larga duración de los trámites legislativos. Es decir, están en su mejor momento.

Resulta entonces políticamente ridiculizante para Colombia, aparte de tener a Iván Duque como jefe de Estado y jefe de gobierno, con sus aparentes vínculos con Odebrecht y la ñeñepolítica, y con un mentor como Álvaro Uribe a quien descriteriadamente ha salido a respaldar tras la medida de aseguramiento domiciliario emitido por la Corte Suprema de Justicia, tener además un presidente del Senado como Arturo Char, quien seguramente será un excelente cantante de esta fiesta del clientelismo orquestada desde el poder. Y peor aún, si en un eventual escenario logran hacer moñona teniendo un procurador de bolsillo. ¿Les parece poquito? ¿Ahora qué sigue? ¿Álvaro Hernan Prada como presidente de la Cámara de Representantes?

Esta es una decisión muy desacertada, cínica e incoherente por parte del Senado, en especial de la bancada de su partido (Cambio Radical), que en últimas fue la que lo postuló como candidato y le dio su aval para que él dejara botado su sueño de ser cantante y se convirtiera en senador. Esto sin restarle responsabilidad a los partidos anteriormente mencionados, que en consecuencia de los acuerdos pactados y pese a tener conocimiento de los líos judiciales del senador, decidieron reafirmar su respaldo. ¿No había otra persona dentro de Cambio Radical, cuyas capacidades parlamentarias, criterio ético y político le permitiera tener la dignidad de presidir el Senado? ¿Acaso esta es una manifestación de la falta de rigurosidad en los criterios ético-políticos con los cuales los partidos le dan el aval a este tipo de personas? ¿Será una evidencia de que Cambio Radical y partidos de la coalición del gobierno encarnan el clientelismo de manera descarada? Y, de igual manera, ¿tan podrido está el Senado, que, en un ejercicio acrítico, decide seguirle apostando a apoyar a quien por sus presuntas dinámicas de corrupción hoy la Corte Suprema de Justicia investiga?

[1] Ardila, L. & Pérez, J. (16 de agosto, 2019).  El eslabón entre Char y Odebrecht. La Silla Vacía.

* Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Surcolombiana, director del Centro de Investigación e Inter-acción Social del Sur Colombiano (CEIINSO) e integrante de la Unidad Investigativa de La Gaitana Porta

* Politólogo de la Universidad Surcolombiana e integrante del Centro de Investigación e Inter-acción Social del Sur Colombiano (CEIINSO).

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