Sentí en el diálogo hacia el Plan Nacional de Desarrollo que, por cierto, es el primero al que asisto en muchos años; un ambiente de esperanza que me genera sentimientos encontrados frente a las posibilidades reales de cumplir tales anhelos.
Vi mucha gente, especialmente de izquierda, quienes me decían que, al menos, al llegar a su edad, 60, 70 o más años, podían morir en paz, tras haber visto que por primera vez en la historia del país había llegado al poder un partido o movimiento de izquierda. Me pareció tan bonito ese sentimiento que NO quise contradecirlos.
Los temores que me genera estas esperanzas, sueños, ilusiones, se asocian a que NO se ha captado un mensaje en el cual ha sido persistente Gustavo Petro –quien sí lleva en escenarios de poder 30 o más años- y es que la izquierda ha llegado al gobierno pero NO al poder; de hecho tampoco ha llegado la izquierda, Petro también lo dice: lo que llegó fue un movimiento de centro izquierda, el cual logró derrotar -por una leve mayoría- a una mezcla de derecha y temores, fundados unos, infundados otros a estos gobiernos. Ayudó el “todo vale” y que el rival, tal cual se supo recién, NO quisiera ganar.
Esas altas expectativas pueden hacer que mucha gente, dentro de 2 o 3 años, si no logran entender lo difícil que es gobernar, más a un país como Colombia en medio de una crisis económica mundial; terminen frustrados, y entonces, no solamente se fortalezca la derecha sino que también lo haga la izquierda radical con su creencia en la revolución armada como la salida que nos llevará al paraíso, desconociendo el desastre que han sido esos triunfos revolucionarios, pues en unos se ha dado un retroceso general, en otros una gran restricción de los derechos humanos, en especial a la libertad, la cual se pretende compensar con avances socio económicos, igual, en ninguna parte del mundo ha dejado de existir la pobreza o la riqueza; en los países con alto índice de desarrollo humano hay clases sociales; en el “modelo socialista” había y hay familias poderosas que detentan los bienes del estado mientras los demás se debaten en la pobreza; en esa mezcla de gobierno comunista con economía capitalista que es China, hay unos abiertamente ricos al lado de masas de pobres y sectores de clase media: pero aún hay quienes creen en “revoluciones” olvidando que los humanos sólo “evolucionan”.
Frente a esas ilusiones de millones, de que “todo” se resuelva en 4 años, llega una gran tarea a quienes hoy gobiernan de hacer entender las enormes limitaciones que tiene el Estado para poder cumplir sus expectativas. Está probado que Colombia ha avanzado en muchas cosas y se atrasó en equidad y equilibro social, y sí, es posible que una cadena de gobiernos de centro izquierda la hagan avanzar más y ajusten esos desequilibrios, pero NUNCA habrá paraíso, ni maná cayendo del cielo, ni desaparecerán los pobres, ni los ricos, tal vez sólo logremos que haya más clase media. Ya veremos…en 20,30 años.
Las elecciones locales van a decantar estos procesos. Vamos a ver tres variables: (1) Los movimientos de izquierda, con algunos de centro, alentados desde la presidencia quienes aspiran a 600 alcaldías, se dice, y supongo que a la mitad de las gobernaciones. (2) Los partidos tradicionales: una cosa es que acepten la mermelada nacional y otra que quieran soltar el poder local. Estas dos variables se disputarán la (3) franja cívica de centro, a esos tibios que, casi siempre, decidimos las elecciones.
En esa disputa, el espacio de aspirantes puede ser llenado por candidatos de corte cívico/centro, los cuales terminarán decidiendo la lucha entre los defensores de un statu quo, un establecimiento, que ya existía, existe y existirá y, los promotores, defensores y beneficiados del establecimiento que está llegando...
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