Además de la derrota que le propinó el Paro Camionero, de inicios de este mes, a un Gobierno del presidente Gustavo Petro, que se mostró arbitrario, arrogante y autoritario, el hecho más destacado fue el comportamiento de algunas Centrales Obreras dirigidas por un sector mayoritario.
Históricamente ese sector y todo el sindicalismo nacional han rechazado las alzas en los combustibles, gasolina y ACPM, por el fuerte impacto en los costos de los artículos de primera necesidad, con énfasis en las clases media y pobre.
Pero resulta que ese sector mayoritario arremetió, junto con el Gobierno, en contra de la justa y necesaria huelga: “La CUT, la CGT y la Confederación de Pensionados consideramos absolutamente innecesario el paro camionero, porque no atiende las necesidades reales del país”, indicó el presidente nacional de la CUT, Fabio Arias, convirtiéndose en un hecho inédito.
Los nuevos bonzos del sindicalismo colombiano prefirieron llamar a una marcha para defender el neoliberalismo de Petro, mientras que otro sector del movimiento obrero, conocido como Convergencia Sindical, salió en respaldo de los transportadores y de la Nación.
¿Por qué cambian de posición ideológica los nuevos bonzos del sindicalismo? Está muy claro que la pretensión del Gobierno de Petro, tal como sostuvo el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, “es que había que internacionalizar su precio”.
Hay que recordar que esta es una política neoliberal que impulsó el expresidente Uribe, creando el Fondo de Estabilización de Precios del sector, que es un mandato del FMI con el cual busca ajustar los precios de los combustibles, como si fueran una carga tributaria más para la población y así liberar recursos para pagar la deuda externa.
Esto ha llevado al Gobierno a continuar con la cooptación de dirigentes sindicales, muchos de los cuales ya poseen puestos burocráticos en altos cargos del Estado. Lo grave, el peor crimen que cometen, es que inmovilizan a la clase obrera, ayudando al Gobierno a profundizar el modelo neoliberal al que supuestamente iban a cambiar y era el máximo propósito del “Gobierno del Cambio”.
En la septuagésima sexta Junta Nacional de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, la Convergencia Sindical que se mueve allí le propuso a ese organismo que: “La CUT debe retomar el camino de la movilización y liderar los reclamos”, en un documento firmado por varios dirigentes sindicales encabezados por Diógenes Orjuela, expresidente del Comité Ejecutivo Nacional de esa central y quien estuvo al frente en el formidable Paro Nacional de finales del 2019.
El documento le recuerda a los bonzos de la CUT que: “El VIII Congreso Nacional de la CUT realizado hace pocos meses definió acertadamente en sus conclusiones, ratificar los principios fundacionales, especialmente el pluralismo, la independencia y autonomía frente al Gobierno y los patronos; la defensa de la soberanía nacional y del sector productivo; condenar la intromisión en nuestras definiciones internas de los organismos al servicio de los Estados Unidos, las multinacionales y el gran capital financiero, como son el FMI, el BM y la OCDE, entre otros”.
Es urgente que este debate se propicie en todas las organizaciones, pues mientras estas no tengan independencia y autonomía del Gobierno Petro, este seguirá profundizando el modelo neoliberal con consecuencias nefastas para la Nación. ¡El sindicalismo tiene que retomar su rumbo!
