Quienes nacieron después de 1980 no conocieron el capitalismo clásico con el Estado del Bienestar que existía antes de esa fecha, con políticas económicas de pleno empleo y políticas sociales humanistas.
Ya su vida la han pasado dentro del capitalismo neoliberal y es lo único que conocen, motivo por el cual, les parece muy extraño y estrambótico, que hoy el gobierno actual esté tratando de desmontar las políticas neoliberales y de recuperar algunos aspectos de la función natural y biológica de la Rama Administrativa del Estado, con sentido humanista y orientado hacia el bien común.
Desde 1958, y probablemente desde antes que no me consta, el gobierno ha estado en manos de las élites familiares, las castas y los clanes políticos que siempre han administrado la cosa pública para su propio beneficio y que ahora, en este siglo, además, aprovechando la privatización neoliberal de los bienes públicos, se han aprovechado con más fuerza para sacar las tajadas que engordan sus bolsillos.
Entonces, cuando se sienten afectados sus intereses, ya sea porque cambia de mano el manejo de los recursos públicos o porque se les impide mantener el saqueo tradicional, arman el escándalo y utilizan sus aparatos ideológicos y equipos mediáticos para defender sus intereses, distorsionando la verdad ante la opinión pública, señalando otros motivos para el ataque, diferentes a la defensa de sus propios intereses.
Cuando montaron el modelo neoliberal, que inició Virgilio Barco y consolidó Gaviria, no hubo escándalo, porque lo vendieron como la gran transformación histórica que, a palabras de Gaviria, era el “bienvenidos al futuro”, que el mundo recién estaba conociendo y que se había basado en un ataque feroz al Estado del Bienestar, para imponer el modelo neoliberal, distorsionando o transformando el Estado Social de Derecho que inicialmente habían creado los alemanes en los años treinta.
Ahora que el neoliberalismo está empotrado en la conciencia de la ciudadanía y que dispone de tecnología eficaz en las comunicaciones, aprovechan sus beneficiarios desplegando también un ataque feroz, para defender sus privilegios, hoy, además, contaminados con la corrupción más putrefacta.
Que se defiendan sus negociados está bien; es la conducta normal del ser humano; pero que no escondan los verdaderos motivos de su campaña de desprestigio al gobierno, que está desmontando las políticas neoliberales que tanto daño le han hecho a la comunidad nacional, principalmente por la descomposición social y la desintegración familiar, derivadas del desempleo, la concentración de la riqueza y el saqueo a los bienes públicos.
Están presentando las propuestas de modificación a las políticas neoliberales como una tragedia, que para muchos es verdad porque solo conocen esta modalidad de capitalismo; pero si se profundizara en el análisis objetivo de la situación, se podría comprender que es una falacia lo que están presentando como el derrumbe del país.