Más palabras que se olvidarán, pero es más una terapia que un anhelo. Cuando Jorge 40 llegó al Magdalena, entre Chibolo y Pivijay corrió sangre de todos aquellos que “estaban en el lugar equivocado”. El ELN (Frente Domingo Barríos) ya había extorsionado a todos los campesinos y finqueros de la región. La pobreza y las tierras eran lo único que nos quedaba. Ahora el bloque norte, con 40 a la cabeza, reunía a los dueños de tierras en batallones improvisados del ejército y nos ofrecía de a 50 mil pesos por hectárea (lo que cuesta una volquetada de arena) .
Allí estaba en el fondo del batallón, en una hamaca bajo un kiosco fresco, cuando nos dijo que como no queríamos vender, nos daba 8 días para irnos. El resto, miedo y miseria; las humillaciones que trae la ciudad para alguien de la provincia, hacinamiento, docenas de trabajos y ganas de morir, no por la miseria propia, sino por la de quienes amas, impotencia. El país traidor al campesino, eligiendo en los estamentos del poder a aquellos que llevan su sangre en las manos.
Hoy nombran como director de víctimas al hijo de 40, no sé si él es el hijo al que apodaban “50”, no sé. Aún se escuchan rumores. Pero en este país, el miedo cabalga rumores para esparcirse como la pandemia, con solo respirar. Le deseo mucha suerte en ese cargo, quizá logre enterarse de lo que hizo su padre, quizá ya lo sabe. La suerte que tienen los hijos de los ricos en Colombia, sus fortunas e influencias les ahorran esfuerzos y cubren verguenzas.
Stiglitz no se equivoca, el 90% de los pobres seguirán siendo pobres, aunque se esfuercen; el 90 % de los ricos seguirán siendo ricos, aunque no hagan mucho. Juzgarlo sería erróneo, puede ser un “buen muchacho”. Mi Papá tiene más de 80, llevamos más de 20 luchando por recuperar las tierras, no le he dicho a papá, pero sé que él morirá sin que se las regresen. Otro coronel que no tiene quien le escriba. Siempre me llama muy positivo porque de la unidad de restitución algo dijeron. La Universidad Nacional estima que en 500 años terminarán de restituir. Desde la ciudad hago lo que puedo, incursionar en política, aunque a las víctimas nos han negado todo. La guerra, las armas, no son opciones. Por ahora, ser la gota que rompe la roca, porque no alcanzamos a ser marea.
Los hijos de los victimarios no deben heredar su prontuario, lástima que los hijos de las víctimas si heredan su miseria y su dolor.