Acaba de salir la última encuesta País. Duque no supera los 25 puntos de favorabilidad. El pesimismo se siente en el aire, en el cielo amarillo, platinado, un techo de zinc que arde sobre Bogotá. Todos tienen miedo. Las proyecciones no pueden ser más oscuras: según el propio Ministerio de Salud estima que el número de afectados podrá llegar a los cuatro millones y de ellos serán más de 500 mil afectados graves. Por eso no puede ser que el gobierno salga a decir que sólo ellos tendrán la potestad de decretar toque de queda. En una actitud mezquina, egoísta, el presidente, en voz de su ministra del interior, dejó en claro que lo único que le importa a este gobierno es simular que hace algo y complacer a los grupos de económicos que lo nombraron presidente sin tener ningún tipo de atributos.
Y para rematar esta la señora Arango, prototipo de una uribista promedio, clasista, capaz de minimizar la muerte de líderes sociales, elitista, protectora de su clase. Ojalá los pobres tuviéramos la conciencia de clase que tiene esta señora rica. Por eso mismo es que en Twitter le están dando con todo