Qué decir del humanismo como ideología

Qué decir del humanismo como ideología

De acuerdo a esta visión, se ha retorcido esa filosofía, que además ya no se enfoca en el individuo sino en la colectividad, la masa

Por: JOSE DOMINGO MASSO YEPES
junio 20, 2018
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Qué decir del humanismo como ideología
Foto: Pixabay

A propósito de Bogotá Humana y Colombia Humana abramos el ojo con respecto a esta ideología, que como todas va penetrando en la mente de las personas, sin que alcancemos a advertir amenaza alguna, sino por el contrario, embelesados con su aparente belleza y urgente conveniencia pidamos a gritos que se haga realidad.

El humanismo en su versión original está centrado en el valor del ser humano como centro del universo, en su pleno desarrollo y bienestar, prescindiendo de Dios, de su creador, lo cual para los creyentes constituye una blasfemia, el tope de la soberbia.

Sin embargo, el humanismo que preconizan los populistas de hoy retuerce esa filosofía, que para muchos es absurda e inaceptable, y la enfoca ya no hacia el individuo sino hacia la colectividad, la masa, volviendo al sujeto un ser invisible y manipulable. Además, por arte de la prestidigitación ya no solo borran a Dios, sino también al hombre como unidad, es el humanismo totalitario. Para este abrebocas nos podemos apoyar en el fragmento que sigue en letra cursiva, publicado por Keith Preston:

El humanismo totalitario es un derivado de la clásica ideología jacobina que ama a una “humanidad” abstracta y universal, tanto que a sus partidarios no les importa lo que tenga que hacerse a los seres humanos o culturas humanas en particular con el fin de avanzar en sus ideales. Tal vez el mejor resumen de la perspectiva política del humanismo totalitario fue proporcionado por el psiquiatra disidente y crítico del "estado terapéutico", Thomas Szasz:

En el siglo XIX, un liberal era una persona que defendía la libertad individual en un contexto de economía de laissez-faire, que define la libertad como la ausencia de coerción, y que consideraba al estado como una amenaza omnipresente para la libertad y la responsabilidad personal. Hoy en día, un liberal es una persona que defiende la justicia social en un contexto de economía socialista, que define la libertad como el acceso a los medios para una buena vida y que considera al estado como un proveedor benevolente cuyo deber es proteger a las personas de la pobreza, el racismo, el sexismo, las enfermedades y las drogas.

El Dr. Szasz escribió este pasaje hace casi veinte años. En la actualidad, la lista de “pobreza, racismo, sexismo, enfermedades y drogas” puede ser alargada hasta incluir clasismo, discriminación etaria, homofobia, xenofobia, capacitismo, gordofobia, delgadofobia, pedofobia bellezafobia, transfobia, productivismo, “discriminación por apariencia”, cronocentrismo, adultocentrismo, especismo y otros esfuerzos creativos en un diccionario en expansión.

Asimismo, el componente terapéutico del humanismo totalitario se ha ampliado para incluir la supuesta necesidad de acción del Estado para salvarnos de los alimentos grasos, de la sal, de fumar y de las máquinas expendedoras de refrescos en las escuelas públicas. Como todas las ideologías totalitarias, el humanismo totalitario tiene sus contradicciones, hipocresías y absurdos.

Por ejemplo, actos públicos de coito anal son considerados manifestaciones virtuosas y valientes de liberación humana y realización personal, mientras que fumar en los bares o incluso en clubes de striptease es una grave amenaza para la salud pública. Los videos musicales sugerentes y juegos de video violentos son sintomáticos de una sociedad opresivamente patriarcal y alimentada por la testosterona, mientras que alterar quirúrgicamente la “identidad de género”  es rutina de negocio cotidiano, como hacerse un tatuaje.

¿Será simple coincidencia que mucha gente aplauda, por ejemplo, la idea de cerrar los ingenios, porque el azúcar es malo para la salud? ¿Será que la industria petrolera por su impacto ambiental debe desaparecer, aunque su reemplazo como fuente de energía y de recursos financieros sea un chiste?

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