Valledupar siempre ha sido vista como una de las ciudades más hermosas de la costa caribe y del país. Hace ya una semana que finalizó el gran Festival de la Leyenda Vallenata, que atrae a cientos de visitantes que ratifican las cualidades de esta ciudad. Sin embargo, termina esta festividad, y los vallenatos seguimos con problemas sociales y económicos que históricamente han afectado esta comunidad y merecen una atención principal de la persona que será escogida el 27 de mayo de 2018, y de no ser posible, el 17 de junio.
Nos encontramos en la cruzada presidencial para buscar a la persona más idónea para dirigir los destinos de Colombia, y en Valledupar no somos ajenos a esta situación y nos encontramos muy pendientes a lo que suceda durante las próximas semanas. Desde hace varios años ya diferentes mandatarios locales han venido reclamando y buscando la presencia del Gobierno nacional para solucionar las diferentes problemáticas sociales, económicas y ambientales que existen en la ciudad.
Los vallenatos quizás reclamamos algo fundamental dentro de cualquier Gobierno y es ¡presencia!, no solo para festividades de la ciudad, sino para hacerle afrenta a las dificultades que tenemos. Considero que es fundamental que esa presencia se vea manifestada en diferentes problemáticas que nos afectan de manera considerable.
Empiezo por una problemática que ha sentido de manera considerable todos los vallenatos y es la seguridad, asunto que se ha ido degradando y que nos ubica como una de las ciudades con mayores indicadores de criminalidad, con tasas de hurto que llegan a números exorbitantes en comparación con otras ciudades. Para nadie es un secreto que el pie de fuerza policial, que apenas llega a 430 hombres, es ínfimo para lucha de manera contundente contra la criminalidad. Por eso, considero imprescindible que el nuevo presidente tenga como fin seguir aumentando ese pie de fuerza, con herramientas importantes en materia de inteligencia, capacidad de respuesta, con la participación de la sociedad civil y con refuerzo tecnológico. Es importante que ese nuevo presidente muestre propuestas concretas y serias frente a lo que hará para mejorar la seguridad ciudadana a nivel nacional y especialmente en Valledupar. Espero que ese presidente desde ya muestre con diagnósticos la situación del problema y busque con soluciones concretas lo que hará por la ciudad.
La lucha contra la criminalidad no es compatible con la falta de experiencia, por eso es imprescindible que el nuevo presidente tenga la capacidad suficiente de hacerle frente a la criminalidad sin titubeos y sin miedos, y ojalá que cuente con la experiencia suficiente en materia de lucha contra la delincuencia.
La presencia también la requerimos los vallenatos en materia de empleo y formalización, donde el 12,7% de la población vive en desempleo, y más crítico aún el 56.7% se encuentra en empleo informal; y lo peor es que estas cifras siguen aumentando. Es de anotar que gran parte de la ola de inseguridad que se existe en la ciudad se debe en gran medida al desempleo que afecta a buena parte de la población, y los obliga a recurrir a actividad criminales para subsistir. Necesitamos un presidente capaz de reconocer las potencialidades de Valledupar, que trabaje con el sector productivo para reconocer los puestos de trabajo que se requieren, y acompañado de una política de formación seria, brindar esas vacantes para los vallenatos que lo necesitan.
La presencia también la requerimos en sectores como la infraestructura, donde tenemos enormes rezagos. Por ejemplo, el Índice de Competitividad de Ciudades, nos ubica en el triste puesto de 17 de 23 ciudades capitales en Colombia. Dentro de este ranking se evalúan importantes factores como la cobertura de acueducto, energía eléctrica, gas natural, y transporte público; penetración del internet y banda ancha; número de museos por la ciudad; y pasajeros movilizados por vía aérea. Preocupa de este indicador lo relacionado con conectividad terrestre y aérea, donde nos ubicamos 21 de 23 ciudades. Esto denota la necesidad de un presidente capaz de ejecutar proyectos de gran envergadura para la capital del Cesar, que haya demostrado a lo largo de su actuar público, la capacidad para mejorar este tipo de sectores.
Estos son algunos de los retos que Valledupar tiene en materia social y económica que requieren de un presidente con capacidad de ejecución, con experiencia y sobretodo con carácter. Más adelante seguiré ahondando en las necesidades que afronta la ciudad y en el tipo de dignatario que se requiere para hacerles frente.