En época de pandemia los actores no están trabajando. Todas las producciones están paralizadas y algunos cameladores duros como Carlos Calero, quien iba al estudio de grabación, salieron infectados así que lo mejor es cuidarse. Los protocolos para volver a grabar series van a ser más estrictos que el propio fútbol. Mientras tanto los actores pasan un verdadero infierno. Ya vieron a Angélica Blandón, una de las más duras del país, pasando afugias.
Por eso los canales han tenido que reciclar cosas como Betty la Fea y Pasión de Gavilanes quien arrasa en el Rating nacional con más de 13 puntos de rating, ósea, casi lo mismo que tenía La venganzas de Analía en su recta final, cuando se puso más buena. Pero el éxito no quedó ahí. En la tabla de Netflix para Colombia ocupa, de lejos, el primer lugar del Rating.
Yo me pregunto, ¿qué clase de colombiano paga Netflix para ver Pasión de gavilanes? En Netflix las opciones para divertirse con televisión de calidad son bastas, desde Breaking Bad hasta Stranger Things, un universo de series no sólo norteamericanas sino europeas, hasta mexicanas, películas, todo lo que quiera, ¿pero quienes ven Pasión de Gavilanes por Netflix si Caracol lo pasa gratis?
Una de las características de estos centenials es que no sólo tienen un culto a lo retro sino que son compulsivos. Ellos no van a esperar cada día un capítulo para fumárselo. No, son desaforados y necesitan maratoner. Pasión de gavilanes está siendo convertida en una terapia intensiva para combatir el aburrimiento de la cuarentena. Ahora ¿qué criterio se puede tener para verse una serie que en el 2003 ya resumía todo el machismo, la ramplonería, el mal gusto que, a través de las décadas, han tenido las telenovelas latinaomericanas?
Uno puede entender que se recicle y con éxito joyas como Betty la fea que no sólo rompía con la tradicional historia de amor de las telenovelas sino que se lanzaba a hacer tal vez el mejor humor que hayamos conocido jamás en televisión. Acá es sólo mal gusto, es ganas de no pensar, es reafirmar el estereotipo, y se pone ahí mientras contestan el wasap o miran a su vez videos en Tik-Tok. Es un formato que te permite estar distraído y a la vez pensar. Se ven mujeres de botas y sombrero, como si estuvieran listas para ir a una cabalgata uribista, y hombres musculosos con cierto tufillo gay. El coctel funciona, al menos para el colombiano promedio.
Si, acá por ejemplo la película más vista en Netflix es La red avispa, una de las peores calificadas en la historia por los críticos. Pero eso no importa, la trama es lo de menos, lo que necesitamos es más series que nos permitan revisar el teléfono sin perdernos nada