Soy un trabajador profesional, que busca sostener a su familia en medio de las dificultades derivadas de la situación actual… Mi hija mayor está sin empleo; la del medio, en la universidad; y la menor, en grado once. Además, mi esposa hasta hace poco estuvo desempleada.
Por dificultades y prioridades económicas, solicité desde octubre de 2019 a Tigo, y luego en febrero, el retiro y cancelación de servicios de televisión y telefonía fija, para quedarme solo con el de internet, lo cual hasta el presente ha sido imposible.
Inflexibles, las facturas llegan mes a mes, cobrando televisión, telefonía e internet. Desconecté dos decodificadores y también el teléfono fijo (pueden verificar desde allá), y aunque quedaron de venir por estos aparatos, me quedé esperando.
Necesito internet para laborar desde mi residencia (apartamento arrendado en la zona urbana del municipio del Valle de Aburrá), pero Tigo me corta el servicio, el cual he venido pagando (de hecho, en algunos meses me ha obligado a pagar telefonía).
Como se puede evidenciar en los recibos pagados, he cumplido con mi deber: en abril 4, $105.689; en junio 9, $132.000; en julio 9, $163.500; en agosto 7, $197.800; en septiembre 7, $69.050; en octubre 6, $72.000; y en noviembre, dos pagos: el miércoles 4, $129.900, y hoy viernes 27, $129.964.
¡Que alguien detenga el abuso y la tiranía de Tigo!