Esta es la historia de uno de los tantos costureros de la memoria que existen en el país. El costurero de la memoria: Kilómetros de vida y memoria. En este he podido aprender de un grupo de mujeres que, a pesar de sus diferencias, se unen para remendar este país con puntadas de esperanza.
Se reúnen cada jueves en el Centro Distrital de Memoria y entre bolsas; telas; rollos de hilos y agujas, dialogan de temas en donde es posible ver las apuestas, reclamos, denuncias y hasta sueños que estas mujeres tienen respecto a este país y sus vidas. Apuestas y sueños que se convierten en la voz de muchos a los que han silenciado.
En varias oportunidades han asistido a la plaza de Bolívar para abrir el espacio a transeúntes e invitados a participar de su espacio; ese que les ha dado la posibilidad de recordar y trascender. También en una oportunidad envolvieron el Palacio de justicia con sus telas recordándonos que la memoria es un gran insumo para la justicia, pero también que la justicia parece no tener memoria y ha dejado en la impunidad muchos de sus casos.
Estas mujeres (y los otros costureros de la memoria) nos recuerdan que para lograr la paz en este país necesitamos de las más finas puntadas, y que con trabajo arduo y mucho esfuerzo colectivo podemos construir la tela más importante de este país. Una tela llamada paz y reconciliación. Solo queda preguntarnos: ¿cuál es la puntada que aportaremos nosotros?