¿Puede sobrevivir el capitalismo en Estados Unidos?

¿Puede sobrevivir el capitalismo en Estados Unidos?

Monopolios, duopolios y oligopolios están acabando con la competencia, olvidando que esta última es esencial para mantener andando el sistema

Por: Ismael Suárez Córdoba.
febrero 26, 2019
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¿Puede sobrevivir el capitalismo en Estados Unidos?
Foto: PxHere

El proceso de destrucción creadora ha sido en Estados Unidos el hecho esencial de su capitalismo. Siendo protagonista central el emprendedor innovador, mediante un recurso de economía de mercado donde nuevos productos destruyen viejos modelos de negocio. Innovaciones de los emprendedores que han sido la fuerza impulsora de un crecimiento económico sostenido a largo plazo, pese a que puedan destruir en el camino el valor de compañías bien establecidas. Apple, Google, Amazon, Facebook y Microsoft han sustituido a Hewlett-Packard, IBM, Kodak, Novell, Netscape y a otros grandes protagonistas de la Tercera Revolución Industrial*.

Sin embargo, tanto la población general como los líderes de opinión** dudan de que el capitalismo que hizo a EE. UU. la primera nación de la tierra pueda sobrevivir tal y como se ha conocido hasta ahora. En todos los sectores de actividad del PIB estadounidense se aprecia falta de innovación, producción deslocalizada (offshore), necesidad de profesionales formados en las nuevas tecnologías y una gran concentración de los mercados en muy pocas empresas que forman monopolios, duopolios u oligopolios.

Argumentan los líderes de opinión que en un sector tras otro la competencia se está muriendo: cuatro aerolíneas dominan el tráfico aéreo estadounidense, dos corporaciones controlan el 90% de la cerveza que beben los norteamericanos, cinco bancos controlan el 80% de los activos bancarios del país (activos equivalentes al 56% del PIB), el 75% de los hogares con acceso a internet de alta velocidad son atendidos por un solo proveedor, la salud está controlada en un 82% por dos aseguradoras y otras cinco compañías son líderes absolutos de las nuevas tecnologías. Empresas que casi nadie en el establecimiento se atreve a retar (cuyas valoraciones bursátiles rondan el billón de dólares americanos), que solo hacen más ricos a sus dueños, que ponen barreras de entrada a nuevas compañías, que fijan precios, que controlan el libre movimiento de profesionales y que establecen salarios a la baja. Empresas que en distintos tribunales judiciales tienen suficientes litigios para establecer estadísticamente una pauta sistemática "de acuerdos sobre precios y salarios o de intercambio de talento humano".

Destacados economistas estadounidenses*** en publicaciones recientes, en las que dejan de lado ideologías políticas, coinciden con la misma tesis: "el capitalismo sin competencia no es capitalismo", sosteniendo que el gobierno americano durante las últimas cuatro décadas no ha cumplido totalmente con su deber, al permitir la formación de estos oligopolios, con las lógicas consecuencias:

a) Aumento de la desigualdad social.

b) Estancamiento de la productividad.

c) Decrecimiento de los salarios.

d) Paulatina desaparición de la clase media (base de la democracia y de las sociedades de consumo).

e) Aumento del populismo (que tanto de derecha, como de izquierda son anticapitalistas).

f) Panorama sombrío para el futuro del trabajo en toda la nación.

Como se ve, la falta de competencia es muy peligrosa para los Estados Unidos, especialmente en el caso de que hubiese un cambio de los ciclos económicos; análisis de ciclos que quizás para muchos quedó en el olvido, pero que hoy Howard Marks (Mastering the market cycle), Warren Buffett y Robert McGee (Applied financial macroeconomics and investment strategy) vuelven a poner de moda y que es lo que ha llevado al Sistema de la Reserva Federal a frenar la subida de tipos, a fin de evitar la aceleración de un cambio de ciclo económico del país que sería la perfecta receta para el desastre.

 

* Primera Revolución Industrial (1760 a 1830), uso del carbón, madera, algodón y concentración de capitales.

Segunda Revolución Industrial (1870 a 1914), introducción del ferrocarril, de la automatización y de combustibles fósiles, como el petróleo.

Tercera Revolución Industrial (1970 a 2006), nuevas tecnologías de la información, de la comunicación y de las energías renovables.

Cuarta Revolución industrial (2011 al presente), sistemas cibernéticos físicos, robótica, internet de las cosas y conexión entre dispositivos.

**OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico); Jeremy Rifkin, La sociedad de coste marginal cero; Zygmunt Bauman, In the same boat; Tyler Cowen, Se acabó la clase media; Andrew McAfee, The second machine age.

(Las nuevas tecnologías de la información no son compatibles ya con el capitalismo actual porque "en condiciones de competitividad y mercado libre, el precio de algo que no cuesta nada reproducir debería estar próximo a cero”. Siendo la principal contradicción en estos momentos, la que enfrenta a la posibilidad de una información y de unos bienes gratuitos y abundantes con un sistema de monopolios, bancos y gobiernos empeñados en mantener el carácter privado, escaso y comercial de las cosas).

*** Economistas y publicaciones: Niall Ferguson, The ascent of money; Eric Schmidt, The Silicon Valley; Ian Bremmer, The end of the free market; Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, This time is different; Joseph Stiglitz, Freefall y The price of inequality; Tepper y Hearn, The myth of capitalism; Roger Lowenstein, The end of Wall Street; Granovetter, Society and Economy; Klaus Schwab, Shaping the Fourth Industrial Revolution; Richard Baldwin, The Great Convergence: information technology and the new globalization; Rana Foroohar, Makers and Takers; Paul Mason, Postcapitalism.

(Si el potencial del sector tecnológico permitiera en unos años un capitalismo de alto bienestar, óptimo crecimiento y salarios justos, las caídas de los mercados durarían poco. Haciendo posible el auge de las energías renovables de bajo costo, que cada ciudadano podrá tener en el tejado de su vivienda y que a su vez facilitará el Internet de las cosas. Internet al que estarán conectados con sensores todos los objetos y la energía que se produzca, optimizando su distribución y uso. Logrando así aumentos de productividad enormes, que harán que muchas áreas de la economía tengan costos marginales —lo que cuesta producir una unidad más de producto— cercanos a cero, como ya sucede en la industria del entretenimiento y la comunicación. En el que el capitalismo será un complemento en las áreas en las que los costos marginales sigan siendo notables, la sociedad será menos materialista y la idea de que el valor de un ser humano se mida por su nivel de producción de bienes se verá primitiva).

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