Algunos críticos de Quintero Calle me reclaman por el silencio que he guardado en relación con las denuncias que se han hecho en contra del mandatario, pues afirman que se trata del alcalde más corrupto que ha pasado por Medellín. A los que así piensan les digo que respeto sus opiniones, pero que mientras no tenga pruebas, lo prudente y recomendable es que me acoja al principio constitucional de la presunción de inocencia.
Ahora bien, de lo que sí tengo pruebas es de que está rodeado por unos cortesanos, a los que, para conservar los buenos modales, no les digo corruptos. Estos palaciegos han establecido un escudo impenetrable, al punto de que al alcalde no le hacen llegar sino la información que le sirva para aumentar su ego y sus actuaciones mediáticas.
Como el doctor Daniel Quintero Calle en su campaña electoral dijo que a las ratas que había en EPM primero les iba a dar queso y después raticida, tan pronto como se posesionó le enviamos un documento con pruebas suficientes para que pudiera organizar el raticida, pero infortunadamente cayó en manos de sus palaciegos, quienes lo difuminaron para proteger a los estafadores, sin darse cuentas de que están haciendo aparecer al señor alcalde como si se estuviera burlando de sus electores.
El pasado 26 de mayo de 2020 le enviamos otro documento con un resumen de las pruebas más evidentes e irrefutables de la estafa cometida contra Empresas Públicas de Medellín y como teníamos la sospecha de que este otro documento caería de nuevo en manos de sus séquitos lo mandamos de inmediato a la Fiscalía General de la Nación.
Por prudencia y respeto por el alcalde no habíamos hecho público el documento, pero como su áulico Raúl Eduardo Morales Vallejo firma como secretario de despacho la contestación, muy posiblemente incurriendo en falsedad ideológica en documento público, presuntamente encubrimiento un delito y peculado en favor de terceros, hacemos pública toda la información mencionada, a la vez que anunciamos que lo denunciaremos por estos ilícitos y por estafa ante la Fiscalía. Saben muchas personas que el funcionario público que conozca de la comisión de un acto ilegal y no hace nada para remediarlo, según la norma penal, es como si lo hubiera cometido el mismo.
Doy a conocer a la opinión pública que Medellín es una colonia de la multinacional sueca Millicom, pues la información que tenemos es que las respuestas que da la Contraloría General de Medellín, EPM y el municipio sobre este asunto presuntamente son redactadas por los aludidos estafadores de talla internacional.
La respuesta del funcionario también la hago pública:
