El 28 de enero fuimos testigos del espectáculo que comenzó el presidente Juan Manuel Santos al ir a la Universidad Nacional para "recibir a los primíparos en su primer día". El mismo Santos que ha perpetrado las políticas neoliberales de las que se jacta en el momento de su intervención, defendiendo la tercera vía. No es necesario hacer un análisis extensivo de esta frase para notar cuál es la posición del presidente Santos frente a la Universidad Nacional y a la educación superior pública colombiana.
Y es que, para contarles un poco, sin la exaltación del momento que llevó a Sara Abril a emplear un tono fuerte y a percepción de muchos, irrespetuoso, la Universidad Nacional sufre una crisis de financiación desde hace ya bastantes años. Desde la introducción del modelo neoliberal en Colombia, se lleva un proceso de debilitamiento del patrimonio de educación público de nuestro país; políticas económicas "sugeridas" también por algunos organismos supra-estatales, léase Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, entre otros. "Sugerencias" que nos sirven para explicar varias medidas en materia de política económica que han tomado los gobiernos de un tiempo para acá. El ejemplo más claro de ésto la privatización de la salud promovida por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez.
Sin bien, la élite tradicional colombiana se ha dado cuenta de que, en definitiva, no les sirvió una reforma a la ley de educación de tajo, como se intentó hacer en 2011. También cambió su forma de privatizar la educación y poco a poco la va desangrando para que sea insostenible. Difícil en el caso de la Universidad Nacional pero más fácil en el caso de algunas universidades regionales que no son tan apetecidas en temas de lo que llamamos Extensión Remunerada: la forma que tienen las universidades de conseguir recursos propios por medio de consultorías con empresas privadas.
Es triste pensar que todo el dinero invertido en el programa Ser Pilo Paga podría ayudar a solventar la crisis universitaria nacional, abrir cupos y llegar a la excelencia, pero parece que el Gobierno no entiende eso de cómo organizar la inversión en educación.
Y es que si nos remitimos a las cifras, la Universidad Nacional se financió a sí misma en más del 50% de su presupuesto en el 2015. Este modelo de extensión remunerada no sólo le trae un esfuerzo enorme a los profesores investigadores que deben dejar a un lado su deber docente por presentar proyectos e investigaciones que les dé dinero a las facultades, sino que limita el ejercicio investigativo de profesorado y estudiantado al someterlo a dinámicas de mercado y no a la búsqueda del conocimiento.
Pero para aprovechar un poco más este momento de efusividad con el tema de la Universidad Nacional, su crisis financiera y el ataque que el gobierno le está y le ha estado haciendo a la educación pública, podemos también expresar un poco el inconformismo por la falta de democracia universitaria que tiene nuestra alma máter. Un rector que no es legítimo entre los estudiantes, al que le gusta "limpiar el lago" donde hay toda una cadena ecosistémica, así como aplastar con un tractor las huertas creadas por los estudiantes como una forma de apropiación del campus, o poner policías a requisar en las puertas. Incluso la medida de cerrar la universidad a las 4 de la tarde los viernes (que además tiene un impacto en las finanzas) no permite que haya una universidad realmente democrática. Es imposible pedir paz en la Universidad Nacional cuando los estudiantes no tienen ni voz ni voto real en las decisiones, cuando su consejo superior universitario y los nombramientos de rectoría vienen directamente orquestados por el Gobierno Nacional y el Ministerio de Educación para fortalecer sus nefastas políticas en contra de la educación.
Tal vez muchos estudiantes no estén enterados de por qué situación pasa la universidad, o simplemente se tapan los ojos frente a eso, pues las respuestas con la visita del presidente al campus fueron más en contra de los chiflidos que le perpetraron, que en contra del cinismo que representa ir a la universidad con las políticas que ha manejado en el ámbito educativo nacional y local.
Creo que el llamado en este momento no es sólo al gobierno nacional, sino al estudiantado a estar conscientes de las condiciones en las que está la educación del país. A que piensen un poco en lo que han subido las matrículas sistemáticamente de quienes entran a primer semestre; piensen además en los posibles recortes que se puedan hacer a bienestar universitario. Hay que pensar más allá y levantarse a manifestar la incoherencia del absurdo eslogan de nuestro presidente, eso de "Paz, Equidad y Educación" y a luchar por la educación pública, estatal, 100% subvencionada y gratuita.
Por último dejo este artículo que se encuentra en la página del ministerio de educación, donde se puede ver un poco el modelo de financiación que se utiliza desde los años noventas.
@JuanAguja
