Colombia debe celebrar que sus líderes de los diferentes sectores, por fin empezaron a plantear en los medios su preocupación por los vergonzosos resultados en las Pruebas Pisa. Sin embargo, se siguen excluyendo a los maestros en la mayoría de los debates de opinión tanto en la radio como en la televisión, a pesar de que son los que están en el aula formando a nuestros niños y jóvenes. Increíble! Jamás ocurriría en los países a los que se les reconoce su calidad educativa. Nuestra sociedad requiere cambiar con urgencia de actitud.
Se consideran “autoridades” en materia educativa, capaces de mejorar la calidad de la educación, a algunos funcionarios que han desempeñado importantes cargos gubernamentales con poder de decisión en el Ministerio de Educación Nacional y en la Secretaría de Educación de Bogotá. No son graduados en educación y, muy seguramente, tampoco han sido profesores durante al menos, un año en colegios. Se han destacado por apoyar determinadas Fundaciones y Corporaciones cuyos directivos se han constituido en muy poderosos e influyentes “mercaderes de la educación”.
Además, han contribuido sin duda, con la estigmatización de nuestros docentes, razón por la cual tienen una alta responsabilidad en los pésimos resultados de la Prueba Pisa!
No se les puede pedir a los maestros con baja autoestima que formen niños seguros de sí mismos, con capacidad innovadora.
La Fundación Compartir en asocio con las Universidades del Rosario y Andes, en buena hora, decidió analizar los procesos educativos de los países que obtienen los mejores puntajes en la prueba de la Ocde. Concluyeron que Colombia necesita dignificar la profesión del maestro a pesar de lo cual, los educadores de nuestros jóvenes de 15 años, brillaron por su ausencia en los créditos de este documento. Se los sigue menospreciando. El enfoque del estudio es más económico que pedagógico.
Muy conveniente la decisión de ajustar las pruebas del ICFES para tener alertas tempranas. La prueba Pisa refleja con mucha autoridad, la realidad de todos los países evaluados. La muestra es representativa. En nuestro país, estadísticamente se cerró la brecha entre educación pública y privada, a diferencia de lo que sucedió con los resultados de la Ocde en Chile y Argentina. Se pensaba que nuestros jóvenes de 15 años con padres profesionales y con un nivel socioeconómico alto, saldrían bien calificados en esta prueba internacional, y competentes para resolver problemas cotidianos. No fue así.
El mundo cambió, y se perdió más de una década en el sector educativo colombiano. Debemos muy rápidamente, de manera concertada y con honestidad, rediseñar la política y los modelos educativos desde el Preescolar hasta la Educación Superior, implementando estrategias que integren múltiples variables. Tenemos la obligación de evitarle a nuestros jóvenes dada la velocidad de los cambios, que se conviertan en los operarios de los países desarrollados.
Los niños de dos años juegan hoy en día, sin dificultad con un Ipad. En Finlandia donde la educación está a cargo del Estado y los maestros son muy valorados y bien remunerados, los niños de 15 años resuelven problemas con facilidad aunque llevan muy pocas tareas para realizar en sus casas.
No me detengo en el análisis de las pruebas Pisa porque ya se escribieron en los periódicos y revistas varios artículos al respecto. En otra columna me referiré a la formación que requieren nuestros maestros a los que se les impuso enseñar currículos obsoletos y convertirse en “toderos”. Las nuevas Facultades de Educación deberán ofrecer especializaciones en ciencias. arte, idiomas, matemática, música, etc. para que nuestros niños reciban desde el preescolar una educación de calidad.
No podría terminar sin solicitar compasión con nuestros niños maltratados y abusados. Las estadísticas son aterradoras! Sólo aprendemos de quien amamos, y educamos con nuestro ejemplo.