Con más de 180 mil votos Oneida Pinto es la primera mujer en llegar a la gobernación de un departamento machista como la Guajira. Esta mujer, quien dice ser de origen wayúu y quien fue alcaldesa en dos oportunidades del municipio de Albania, ahora tiene dos caminos que no solo le pueden cambiar la vida a ella sino a los olvidados indios wayúu y a los niños de esta comunidad que se están muriendo de hambre.
Su primera opción es hacer lo mismo que sus antecesores, todos procesados por algún delito y el último de ellos, Kiko Gómez, detenido y acusado de varios homicidios. Ellos, todos con la misma responsabilidad en la mala administración que por años han sumido a la Guajira en el olvido, gobernaron de la mano con las mafias, con los paramilitares y últimamente con los corruptos.
Se segunda opción para Oneida Pinto es desprenderse de todos los sectores políticos asociados con la ilegalidad y ejercer una gobernación limpia; por la gente y para gente como ha repetido en sus intervenciones públicas.
De eso puede depender que no termine su promisoria carrera política en una cárcel o que al contrario pueda cambiar el rumbo de la historia de la enigmática Guajira y del golpeado pueblo Wayúu.
Las dificultades a las que se enfrenta Oneida Pinto
Oneida puede tener dificultades para desmarcarse los clanes políticos que han manejado La Guajira por décadas. Por un lado, los ex gobernadores Jorge Perez, Jorge Ballesteros y Hernando Deluque. Por otro, la ex alcaldesa de Uirbia Cielo Redondo –prófuga de la justicia- y de su grupo político, quienes siempre la apoyaron durante su campaña y consiguieron poner de alcalde en Uirbia a Luis Redondo, el hijo de la ex alcaldesa responsable del hambre de los niños wayúu. Redondo forma parte de un poderoso grupo político en La Guajira llamado Nueva Fuerza Guajira del que forman parte el presidente del Congreso Alfredo Deluque, su papá el ex gobernador Hernando Deluque y el también exgobernador Jorge Pérez Bernier. Se trata de un grupo que representa el continuismo en La Guajira y del que Oneida, al parecer quiere alejarse, aunque no la tendrá fácil. Se sabe que en la Guajira faltar a un acuerdo político, es poner en riesgo la vida.
Las promesas de Oneida Pinto
Oneida ha prometido que les generará una mejor calidad de vida a los Guajiros y en particular a los Wayúu. Ha dicho que acabará con el hambre y se comprometió a darle la guerra al hambre apoyada por un ejército de profesionales, para lo cual ha pedido acompañamiento de las entidades control como la Procuraduría y la Contraloría así como de la directora del instituto Colombiano de Bienestar Familiar Cristina Plazas y su directora de primera infancia Karen Abudimen.
Onedia además se ha comprometido a recorrer desde el día de su posesión cada ranchería y cada rincón del desierto guajiro, acompañada con el equipo de profesionales para combatir el hambre no solo de los niños sino también el de los adultos mayores.
Ha dicho que no va a empeñar su gobierno a estructuras políticas corruptas y criminales y ha insistido que la meta es enfrentar el hambre y la amenaza de la quiebra financiera de un departamento que recibe con una precaria situación financiera que le entrega el gobernador encargado José María Ballesteros.
Oneida Pinto, la gobernadora, y Alfredo Deluque, el presidente del Congreso.
Oneida no es la mejor amiga de Alfredo De Luque, sin embargo, el amarre político al que la ha sometido el representante es evidente. Desde el congreso y a través de partido y el de su padre, Nueva Fuerza Guajira, han querido entrar a su gabinete. Sin embargo, Oneida ha sido prudente y distante. Alfredo Deluque encabeza la lista de congresistas en la mira de la Fiscalía por el manejo político de las regionales del ICBF, lo cual no lo tiene en posición de negociación y aunque insisten tener participación en el gabinete de Pinto, ella tiene una oportunidad de oro para deshacerse de su sobra y hacer una gobernación con colaboradores técnicos, capacitados, escogidos por meritocracia y con el compromiso de sacar adelante a La Guajira.
Nota: Gobernadora, la vida de nuestros niños, la preservación de nuestro pueblo y la suerte de nuestro departamento, está en sus manos, es ahora o nunca.
