Desde que hubo registro de la dirección, la casa fue saqueada, utilizada, engañada y olvidada. La fachada de daños provocados por catástrofes externas no activaba ninguna alarma potente entre sus indiferentes inquilinos; las paredes resquebrajadas por la extracción desmedida de su riqueza fueron ocultadas tras cuadros bonitos y pintorescos. La humedad del techo nos narró la cronología de los errores estructurales que cometimos desde el principio en nuestra organización, pero nunca sentimos la necesidad de mirar hacia arriba, solo nos interesaba ver lo que aparecía en la superficie del espejo; los inoperantes remiendos de quienes administraban la casa fueron el experimento más destructivo. Ahora la casa se nos viene encima y no sabemos por dónde empezar a repararla.
En el año de la Ciencia Política, América Latina ha sufrido crisis complejas que los politólogos han analizado en su búsqueda de causas y consecuencias, siendo común que diariamente nos encontremos sumergidos en debates y múltiples observaciones de lo que estamos viviendo en nuestros países. Las manifestaciones transmutaron a micromanifestaciones y adoptaron entre todos los grupos la lista de inconformidades, eso significa que son constantes, y muy seguramente, en este momento y en algún rincón del continente, hay un grupo de personas alistando sus pancartas con denuncias.
Estas son las otras venas abiertas de América Latina, desangradas por el populismo, vulneración de derechos e inflación, divulgada por voluntarios indignados, aplaudida por el continente europeo que vigila los pasos de los países que atacan a sus gobiernos, vanagloriando la protesta si ocurre en América, pero guardando silencio si es europea… ¿Será el interés que Eduardo Galeano expuso en su obra, promotor de esta muestra solidaria? Para una democracia es muy grave la posibilidad de que el presidente y el Congreso pierdan la legitimidad, por lo tanto no creer en la vía pacífica de parte de todos los actores ha ocasionado que en muchos países nuestros gobiernos estén a la defensiva, más allá del disgusto, la movilización social no puede verse generalizada, lo que sucede tiene aspectos muy específicos en cada Estado y las causas tienden a variar, pero nos conecta lo involuntario e imperceptible… nuestras posturas adoptadas pueden ser explicadas desde la filosofía política.
La necesidad de obedecer la autoridad del gobierno como salvación del Estado de naturaleza
Según Thomas Hobbes, a quien le debemos parte de la filosofía política moderna, obedecer la autoridad del gobierno sin protestar o renegar, es indispensable para salvarnos del Estado de naturaleza.
Hobbes, que es una fundamentación del absolutismo, pertenece a los iusnaturalistas o los filósofos del derecho natural que con relación al Estado de naturaleza mantienen el argumento de que lo único que rige la conducta humana antes de comenzar su vida en sociedad son las leyes naturales, por lo tanto, para este filósofo los humanos tenemos la fuerte tendencia de entrar en guerra contra todos, buscando nuestra propia conservación y obteniendo como resultado una desconfianza y competencia permanente.
Al Estado Hobbes lo llamaba Leviatán (mismo título que lleva una de sus obras) y es que ese es uno de los nombres bíblicos que se le da al diablo debido a que la concepción del Estado para Hobbes era la de aquel que tenía la función de ejercer violencia física a los miembros que violentaran su pacto de unión, y como el humano estaba bajo la percepción de ser malo por naturaleza, vino la célebre frase homo homini lupus… el hombre es el lobo del hombre, Hobbes odiaba la violencia y la interpretó como una declaración persuasiva de porqué debía existir el deber de obedecer la autoridad del gobierno pues esto con la finalidad de evitar el caos ya que anteriormente cuando las personas del común estaban inconformes con el gobierno casi siempre las revoluciones terminaban con un gobernante decapitado y era esta violencia desenfrenada la que hablaba del Estado de naturaleza, adjuntando que no podía ser un lugar bonito y que estaría lleno de enfrentamientos y constantes inconformidades, posteriormente como resultado al miedo y temor acerca del caos las personas fueron llamadas a formar gobiernos y someterse a una obediencia total para conservar el orden. De esta manera, el capítulo de enfrentamientos colombianos entre centralistas y federalistas, es ejemplo de lo ya mencionado: en la falta de gobierno hay falta de orden, ¿no?
¿Entonces, no podemos manifestar nuestras inconformidades? Bueno, Hobbes agregó que el único derecho a la protesta era justificado solo si el gobernante amenazaba directamente con asesinar a alguien. Por otro lado, si el gobernante sofocaba la oposición, imponía onerosos impuestos o paralizaba la economía, esto no era razón suficiente para salir a las calles… esta percepción puede ser considerada involuntariamente en aquellos que ven una protesta justificada como injustificada y que perciben los hechos como "si no fueran para tanto alboroto". Contemporáneamente este impulso es reflejado en el pensamiento de cierta conformidad , tal como van las cosas , el gobierno está obrando bien y no es necesario cambiar algo ¿verdad?
La teoría del contrato social del gobierno
No teniendo claro aún cuando obedecer y cuando permitirnos sentir inconformidad, se estableció la teoría del contrato social del gobierno que dio una respuesta estándar, argumentando que el derecho a gobernar en última instancia pertenecía a las personas comunes que eligieron al actor encargado de llevar el poder, por lo tanto estas personas solo esperarían obedecer siempre y cuando las cosas estuvieran bien para ellos… en la actualidad implementar los puntos de este sistema (cuando algo nos beneficia o nos perjudica) ayudaría a reconocer las justificaciones de las protestas.
El Estado de naturaleza de Locke
En un lado opuesto, John Locke describió al Estado de naturaleza como un lugar donde los humanos buscábamos la conservación de la vida y vivíamos en libertad no absoluta, pues nadie dependía de nadie, solo gobernaba la razón.
Por tanto, al salir de este Estado, la organización social tendría el fin de buscar un mejor estilo de vida, y el gobierno cumpliría la función de impulsar los beneficios que nos ayudarían a vivir mejor… la teoría traducida a la actualidad nos diría que después de todo son más que válidos los disgustos por la injusticia…
Dejando la filosofía conductivista (que es otra forma de analizar las cosas y rebuscar en la teoría) y hablándole a los jóvenes lectores… solo queda decir que las acciones a examinar están vivas en las calles y no en este artículo, sean ustedes mismos quienes le den el próximo rumbo a nuestra historia, analicen y sean críticos... pero no nos quedemos en la opinión.
Que este 21 de noviembre camine la paz por las calles de todo el país…