Continúo desarrollando punto por punto la propuesta que hace un año se publicó en este medio y cuyos primeros puntos ya expliqué.
Punto 3: 100 hospitales de tercer o cuarto nivel con presupuesto anual de 250.000 millones (25 billones anuales). Cada capital de departamento debe tener un hospital, al igual que las ciudades con más de 200 mil habitantes.
¿Qué pasa si a un campesino le detectan cáncer? Esa pregunta deberían hacérsela todos los candidatos a la presidencia.
Voy a relatar la travesía que un campesino que vive en Arauca debe seguir para luchar por su vida. Al no existir un hospital de cuarto nivel en su ciudad (la cual es capital de departamento) debe trasladarse a Cúcuta, Bucaramanga o Bogotá. Ese traslado puede hacerse por vía terrestre o aérea, lo cual incrementa el gasto del sistema.
Imagine ahora que ese paciente es un niño, ello obliga a que su madre o padre se desplace a esa ciudad, donde generalmente no tiene un familiar que lo hospede y menos una fuente de trabajo (en este caso la EPS tiene la obligación de darle albergue a los padres lo cual aumenta más el gasto del sistema). Después del diagnóstico y tratamiento inicial, el paciente posiblemente requerirá varios ciclos de quimioterapia o radioterapia, los cuales deben realizarse cada cierto tiempo para controlar la proliferación del tumor y evitar recidivas (pregúntenle al ministro Alejandro Gaviria si esto es mentira), pero en el país del Sagrado Corazón esto no sucede, ya que las EPS deben dar una autorización y además deben conseguir el medicamento, en la autorización se pueden demorar meses y cuando ya está listo el paciente para seguir con el tratamiento.
Entonces, se llega la mala noticia de que la EPS no tiene el medicamento. En este punto el enfermo y los familiares posiblemente se encuentran desesperados por lo cual recurren a la tutela para hacer valer su derecho a la salud y la vida, ello incrementa gastos y gasta el tiempo del sistema judicial (en lugar de juzgar a los que se roban la plata, lo jueces se encargan de obligar a las EPS para que cumplan su función). El enfermo recibe de muchas trabas para continuar el tratamiento, sin embargo, este no es continuo y finalmente ocurre la recidiva del tumor y con ello la muerte. Los colombianos se mueren esperando la atención por parte de las EPS. Es injusto que eso suceda y por ello el sistema debe cambiar.
Si en cada una de las capitales de departamento tienen un hospital de cuarto nivel, le sería más fácil a todos los colombianos acceder a servicios de alta complejidad para tratar las enfermedades más severas. Ello evita que se gasten dineros en traslados y en albergues, además no afectaríamos la actividad laboral del acompañante y el enfermo se sentirá más tranquilo estando cerca a su hogar.
¿Cómo hacemos para que los especialistas lleguen a esos hospitales? La respuesta es sencilla, “obligándolos” a hacer un año rural en las zonas más alejadas. Uno de los impedimentos para que un especialista se desplace a un territorio apartado es la falta de pago por parte de los hospitales públicos, los cuales están acostumbrados a pagar las cuentas de cobro 90 días después de realizadas las actividades laborales (aunque en los hospitales públicos de Bogotá D.C. se maneja el mismo sistema de pago, ¿o me equivoco señor alcalde?). No creo que un profesional que dejó de devengar por 3, 4 o hasta 5 años (lo cual puede durar una especialización), espere a que le paguen 3 meses después de realizado su trabajo.
Señores gobernantes, las deudas que adquiere un médico especialista son de alrededor de 90 millones en solo matrículas, a eso hay que sumar el sostenimiento por la falta de salarios, es hora de que a los residentes se les pague (Colombia es el único país del mundo donde no se les paga a sus residentes y eso se llama esclavitud). Esas deudas no dan espera y esa simple razón genera que los especialistas se quedan en las grandes capitales. Se hace necesario por tal causa la obligatoriedad del año rural para especialistas, pero ese año rural no va a ser en un hospital sin recursos, debe ser en hospital que tenga toda la tecnología a su disposición para que todos los colombianos tengamos la posibilidad de acceder a un adecuado sistema de salud.
El costo de funcionamiento de cada hospital no se hizo al azar, simplemente tome como ejemplo los estados financieros del Instituto Nacional de Cancerología los cuales encuentran en línea. Según ese informe, el valor del servicio médico fue de 238 mil millones para el año 2017, lo cual indica que ese dinero es más que suficiente para realizar procedimientos de alta complejidad. Sobre el salario y el pago de los trabajadores, hablaré en otro apartado de la propuesta. Solo mencionaré que el gasto de los insumos será de 100 mil millones de pesos, lo cual es suficiente para atender a la población destinada a atender. Si la población es muy pequeña como en el caso de Leticia, el hospital contará con otros servicios adicionales (consulta externa de medicina general, odontología, servicio de fonoaudiología, terapia física y psicología, etc.).
La idea es que por cada 500 mil habitantes exista un hospital con toda la tecnología disponible en el momento. Existen hospitales que manejan el doble de presupuesto sin embargo, para que les llegue el dinero a sus cuentas deben atender una cantidad de pacientes de forma proporcional. En las capitales de departamento tendremos que construir por lo menos uno. En las grandes capitales habrá varios, teniendo en cuenta el número de la población, algunos serán para atender exclusivamente a los pacientes del régimen contributivo y de medicina prepagada, otros tendrán que atender pacientes de cualquier régimen.
Hago una anotación adicional sobre una oportunidad que se está desperdiciando. Con el problema de migración de los profesionales en Venezuela, desaprovechamos la oportunidad de llevar esos especialistas a las regiones más apartadas, donde la comunidad necesita de su ayuda. En países del primer mundo, si usted quiere trabajar como especialista, después de presentar su examen de homologación, debe trabajar como especialista en las regiones apartadas durante 1 o 2 años para obtener su licencia de trabajo. Con los especialistas venezolanos y otros extranjeros que quieran trabajar en nuestro país se puede hacer lo mismo.