Hace unos días, la videocolumna del Espectador publicó un vídeo en YouTube sobre lo que han sufrido los periodistas en nuestro país y no es para menos, ya que el año pasado 262 periodistas y 208 en lo que va en lo corrido de este año han sido víctimas de amenazas, agresión y estigmatización (según la FLIP).
Escribo este texto señalando que nosotros los periodistas sufrimos diariamente de amenazas, agresiones (mayormente verbales) y estigmatizaciones. No sería raro que esta viniera de un grupo ilegal o alzado en armas, pero lo más irónico es que muchas veces llegan de los “ciudadanos”, quienes a través de las redes sociales insultan, denigran y reprochan.
Yo siempre he dicho que esta es una de las profesiones más desagradecidas, ya que tomamos el esfuerzo, dedicación e incluso exponemos la vida para llevarles la información a ustedes. Obviamente no faltan los periodistas que se vendan al mejor postor, pero en la mayoría somos personas honestas, imperfectos claro está y cometemos errores o tal vez no pensamos igual que ustedes, pero hacemos siempre nuestro mejor esfuerzo.
También cabe diferenciar los tipos de contenidos periodísticos, unos son informativos y otros de opinión. Para uno de periodista y yo creo que para usted como ciudadano es muy difícil mostrarse imparcial ante acontecimientos que pasan en el “país del sagrado corazón” que pareciera que fuera fantasía y no realidad.
Hay muchos periodistas que gastan mucho tiempo en redactar, organizar y dar una información, para que a la final de tanto esfuerzo el receptor lo califique como basura y de paso a uno que otro insulto. Algunos arriesgan su vida y otros las han perdido buscando esa verdad que creemos que deben saber, en un país donde ha habido múltiples asesinatos de periodistas (152 entre 1978 y 2016).
Yo creo que debemos considerar la gran labor del periodista (reportajes en medio del conflicto armado, denuncias por corrupción, denuncias por narcotráfico, etc.) independiente del pensamiento que este tenga ante lo que acontece. En mi perspectiva el periodista debe manejar una cierta imparcialidad, pero también debe meterse en la noticia, sentirla, mejor dicho ejercer ese “periodismo visceral”, donde digamos sin miedo la verdad que creamos , sin tapujos (como lo mencionó María Paulina Baena en una cátedra que dirigió a estudiantes de la Universidad de Pamplona).
El periodismo está cambiando, está dejando ese tipo “tradicional” a un periodismo más “metido en el cuento”. Sé que muchos dirán que es mejor el imparcial, pero a veces este es incapaz de decir las verdades que faltan por decir en Colombia. Para mí el mejor periodismo es el de la crónica, que el informativo.
Ciudadano usted siempre va a tomar la decisión, eso nadie se lo va a quitar. Solo le pido que valore las columnas, artículos de opinión, reportajes, crónicas y noticas que se les da, que se las trae a su móvil, computadora o televisión fácilmente, pero que son difíciles de conseguir. El Estado colombiano ha sido muy débil para respetar esa libertad de expresión, de pensamiento y conciencia consagrados en la Constitución.
Ustedes como ciudadanos ayúdenos a nosotros los periodistas en ejercer este derecho de una mejor manera, donde sepamos que al menos de los ciudadanos no tendremos insultos, groserías o denigraciones. Claro está que ustedes pueden opinar, pero háganlo con argumentos y de la mejor manera, ustedes son los que deciden.
Esta más que una columna o artículo de opinión, es una petición para que ustedes pueblo colombiano nos apoyen y no sean un obstáculo más para impedir la libertad de expresión, suficiente tenemos con los grupos ilegales alzados en armas, los más poderosos de este país y el Gobierno. Por ejemplo, el Presidente Santos afirmó: “llamen a los dueños de los medios para influenciar en los contenidos”.