En este año se van a definirse dos aspectos fundamentales en la vida democrática de la nación, de una parte los colombianos elegiremos un nuevo Congreso y también el presidente de la república.
En estos dos aspectos el movimiento sindical no puede pasar desapercibido ya que de una parte tendremos que mirar con la lupa por quien vamos a votar al Congreso de la República; escenario en el cual se definen la leyes del país. En los últimos años hemos tenido un Congreso que ha actuado de espaldas a los derechos de los trabajadores con varias las leyes que han ido en recorte de nuestros intereses. Del análisis que se hace de las listas son pocas las opciones que podrían garantizar nuestros derechos en el Congreso, por ello es muy importante analizarlo con la lupa.
La crisis de los partidos se refleja no solamente en lo anterior sino que también en el número de aspirantes presidenciales que se presentaron a través de la recolección de firmas, ello implica, la crisis ideológica de los partidos y el pretender vender que la anarquía es un camino propicio para la obtención del poder, grave peligro.
En este marco se han ido eliminando algunas candidaturas, sin embargo, lo que se vislumbra es una unidad de la derecha, de aquellos que fueron responsables de la Ley 50, Ley 100 y todas aquellas que recortaron los derechos de los trabajadores y de los pensionados, no solamente fue esto, los falsos positivos, las privatizaciones, la eliminación de defensores de derechos humanos, formaron parte de los que hoy se oponen a que Colombia pueda cumplir los acuerdos de paz, sumado a esto se escuchan dentro de ese sector propuestas que pretenden eliminar el INPEC con el supuesto de que allí hay 90 sindicatos, les parece terrible la protesta social y que adicionalmente hablan de una reforma tributaria para quitar impuestos al sector empresarial, no así la reducción del IVA, la eliminación del 4x1000, entre otras.
De la otra, los egos y la mezquindad de la izquierda, pareciera no permiten una unidad que garantice un Congreso y una administración que permita la continuidad del desarrollo del pos conflicto, siendo mucho mas grave lo que en los últimos meses viene ocurriendo con los asesinatos de los dirigentes sociales.
Todo esto nos lleva a tener una participación activa en los próximos comicios electorales; sigo pensando que no podemos caer en la tarea de desprestigio de la legitimidad de las instituciones, acepto que en la sociedad colombiana hay una crisis de valores que se reflejan en todas ellas, por ello, en nuestras manos estará el destino de la nación.
Hoy veo con simpatía que Humberto de la Calle haya tomado la decisión de presentar su formula vicepresidencial, lo tomo como una coherencia ideológica que pretende la construcción de una sociedad diferente en donde los valores de la sociedad se rescaten y podamos rescatar la legitimidad de las instituciones, incluido en ella las del movimiento sindical hoy maltrecho por diversas circunstancias que me abstengo de analizar acá pero que todos conocemos, pero además de ello es la fórmula capaz de garantizar el cumplimiento de los acuerdos de paz.
Debemos pensar en que se garantice el fortalecimiento del movimientos sindical, se reconozca los derechos de los pensionados, dentro de ellos, la promesa incumplida por el presidente Santos, en lo pertinente a la disminución de los aportes a salud de los pensionados del 12% al 4%.
El futuro de Colombia está en nuestras manos, es nuestro derecho democrático a elegir para poder exigir.
