Propongo clausurar el ejército porque representa el miedo y el temor arraigado en nuestros corazones.
Sin temor no existiría ejército. Sin temor a que nos invadan, ¿qué?, ¿nuestra “parcela” (país) en el planeta que es uno solo? ¿El terreno que “compramos” y que crea desequilibrio al no estar adecuadamente trabajado, o de donde sacamos a los dueños originales? ¿La carretera por la que dejamos transitar la corrupción arraigada, para llegar a una finca donde mantenemos a salario mínimo —o sea inhumano— a una o varias personas, solamente para darnos el gusto de montar a caballo cual cacique del país? Propongo clausurar todas las fuerzas militares “legales o ilegales” que permiten el ejercicio del poder deshumanizado, aquel que crea la desigualdad, el que causa el mismo temor que hace perdurar. Los organismos de seguridad existen solo y únicamente por el temor. El miedo a la bomba, al arma, a la agresión, al robo, de los que ni nos damos cuenta somos cocreadores por acción o por omisión.
Pero también existe el miedo a que la verdad sea revelada: los wikileaks; la película montada 9/11; las enfermedades inexistentes; la incapacidad de destinar los recursos a satisfacer las necesidades básicas de todos y cada uno de los seres humanos. El miedo a ser tildado de pobre si no exhibe el vestido o las alhajas sobrevalorados en un mundo consumista de locos. Todo ello nos conduce a formar ejércitos de justificaciones, sin sentido a la luz del amor.
Comencemos por clausurar el ejército que cada cual lleva en su interior: comencemos por clausurar las palabras que hieren, que denigran, que insultan. Comencemos por clausurar las críticas sin sentido, las oposiciones tercas, el rechazo a las alianzas. Clausurar la charla que hace burla de quienes nos reflejan los defectos que no queremos admitir en nosotros mismos.
Comencemos por clausurar las heridas que causamos a nuestro cuerpo con la alimentación y bebida desmedidas. Comencemos por cerrar los vínculos con personas que frenan nuestro desarrollo, que promueven solo las emociones y pensamientos negativos y más bien comencemos desde la distancia a enviarles buenas intenciones, hasta que la transformación algún día nos permita volver a establecer contacto.
Bello mensaje el del presidente Mujica en Unasur Comprométase con algo, mi compromiso es con la conciencia interior de cada uno de los humanos, por despertar del sueño al que induce el temor. Comprometámonos con enfrentar un miedo personal, uno a uno, hasta que sus armas desaparezcan para que así vayan desapareciendo las armas físicas y los ejércitos de la inconsciencia.
