La consulta anticorrupción, con 7 preguntas muy concretas, que desde el 5 de junio del año en curso fue aprobada por el Congreso de la República tras la iniciativa de Claudia López, senadora del partido Verde, y reglamentada por el Decreto 1028 de junio del 2018, siendo convocada para el próximo 26 de agosto, es un evento de trascendental impacto porque en alguna medida la misma refleja una “revuelta moral” de la sociedad civil contra la rosca del poder que en su degradación ética ha protagonizado en los últimos años el más vulgar asalto al Estado colombiano y sus recursos financieros. Cabe recordar que se robaron más de 140 billones de pesos en los últimos 120 meses, según estudios de la Contraloría.
Además, en años más recientes, cuando la administración del señor Juan Manuel Santos dispuso de ingentes recursos, por los buenos precios del petróleo, como rentas públicas canalizadas a través del Sistema General de Regalías hacia los departamentos y municipios, muchos de estos fueron blanco de apropiación de la elite santista, mediante la modalidad de la mermelada y los cupos indicativos codificados.
Lo del Ñoño Elías y Musa Besaile, senadores del departamento de Córdoba, es emblemático de esta acción criminal, que en cifras redondas representó un timo anual superior a los 14 billones de pesos. De hecho, el daño ocasionado a la sociedad ha sido tan descomunal que la consulta es la ruta para visibilizar y expresar la indignación de la sociedad.
Así mismo, como estamos ad portas de una nueva administración es normal que se formule la siguiente pregunta: ¿cuál será la actitud del nuevo presidente, el Dr. Iván Duque?
Como senador, junto a otros integrantes del Centro Democrático, ofreció su respaldo a tal iniciativa, por lo que con ese antecedente es plausible inferir que desde su nueva dignidad no se margine de tal acontecimiento, dado su enorme impacto.
Por ejemplo, por el gabinete que ha escogido, distante de la rosca que se embolsilló la mermelada a millones, y por otras posturas recientes es lógico que desde la Casa de Nariño Duque se enfoque en promover y alentar la consulta anticorrupción con sus efectos colaterales, como una masiva judicialización de reconocidos gamonales del santísimo, los cuales ampliaron de manera sospechosa sus patrimonios mediante la contratación a dedo de muchas obras civiles como carreteras, colegios y programas de alimentación escolar fraudulentos.
Como en su momento el tema de la parapolítica, promovido por la misma senadora Claudia López, propició la judicialización de centenares de parlamentarios aliados del paramilitarismo (más de 70 parlamentarios pararon en los pabellones penitenciarios y carcelarios), hoy Colombia reclama el destape de esa cloaca surgida de la mermelada santista, para que los artífices del despojo y asalto al Estado no queden en la impunidad.
No creo que el presidente Duque mire para otro lado o permanezca indiferente frente a esta avalancha de indignación que prácticamente puso en curso una revuelta moral contra la podrida casta política santista que utilizó la paz para llenar las alforjas, incluyendo los dineros de la paz aportados por otras naciones, frente a los cuales debieron poner el grito en el cielo cuando se enteraron que esos recursos se repartían a dedo entre la rosca.
Miraremos qué ocurre después del 7 de agosto.