Me dijeron por ahí que el amigo de un amigo conoce a un amigo que tiene otro amigo que demandó con todas las de la ley a la campaña presidencial de Turbay Ayala quien prometió gobernar con los más honestos y capaces. Desde entonces, y es lógico, ninguna campaña utiliza un eslogan tan fácil y prometen cosas un poco menos etéreas.
Ante la inquietud, me puse corbata y cara de serio y acudí a todos los despachos judiciales (la verdad, solo tres o cuatro, o dos, …, el aburrimiento me aturdió…) y me encontré con otras demandas sorprendentes.
Alguien había demandado la campaña de Samper por haberse nutrido de los jugosos dineros del Cartel de Cali, mientras él muy jocoso seguía con su frase de cajón: “Aquí estoy y aquí me quedo”, y hasta me encontré con un conocido que me afirmó saber de otra demanda que aun cursa contra la campaña de Pastrana papá, de quien se recuerda aquella afirmación que sostiene que “el ministro Serpa tiene más bigote que talento”, por la pendejadita de haberse robado las elecciones.
Viendo lo alarmante de la situación, otra vez puse cara de serio y corbata vistosa y acudí a un despacho de abogados y con el cuento de ser otro damnificado de Interbolsa, le saqué varias chivas al agradable jurisconsulto que me atendió, como que el mismo presidente de la República ya ha sido demandado trece veces por promesas electorales falsas. Es entendible que los políticos en campaña no hacen cuentas ya que es verdad que siempre habrá tiempo de atender las realidades odiosas de la economía, pero siempre llaman la atención las promesas del entonces candidato, como un millón y medio de nuevos cupos universitarios, un millón de nuevas viviendas de interés social, pensiones gratuitas para los más pobres, educación gratuita para todos, un único plan de salud para todo el mundo, un aumento del programa Familias en Acción, tres millones de computadores para los estudiantes de secundaria de los planteles oficiales.
Por ahí cursa, me dijo mi interlocutor, otras demandas contra Álvaro Uribe por prometer y no cumplir. Con megáfono en mano propuso una política de austeridad, disminuir el número de carros oficiales, congelar el sueldo del presidente, de los congresistas y de los altos magistrados, acabar con los auxilios parlamentarios y reducir el tamaño de entidades como el Congreso.
Otro abogado ha interpuesto una fuerte demanda contra la campaña del No,
no solo por mentirosa, sino por engañar de pecaminosa forma
al eventual elector con todo tipo de dolosas insinuaciones
Y ahora me entero que otro abogado ha interpuesto una fuerte demanda contra la mentirosa campaña del No, no sólo por ser mentirosa, sino por engañar de pecaminosa forma al eventual elector con todo tipo de dolosas insinuaciones, como que el país se convertiría en una especie de bar gay comandado por los jefes de la guerrilla, cuando es bien conocida la homofobia de los comandantes.
No me han reportado aún demanda alguna contra la campaña del Sí que afirmaba sin sonrojarse que de ganar el No las Farc volvían a sus actividades en las grandes ciudades.
Y las promesas incumplidas seguirán por el tiempo de los tiempos, y siempre aparecerán abogados que interpongan las respectivas demandas y me llega a la cabeza el recuerdo de aquel presidente cuya frase de batalla era “Bienvenidos al futuro” y decidió en su momento que el tren, aquel hermoso aparato que comunica a los países, pues simplemente no tenía cabida en la Colombia del futuro.
Razón le cabe a Gabo cuando dijo: “Le tengo terror a la solemnidad, y soy del país más solemne del mundo”.
Y hablando de …
Y hablando de Gabo, qué bueno que el nobel de Literatura recaiga en Bob Dylan, aunque mejor que este merecido premio se lo hubieran otorgado hace veinte años.
Y ahora, tal vez, los seguidores de Joaquín Sabina guardamos esperanzas.