La presente nota recoge los comentarios y opiniones de Thomas Kistner, periodista alemán de la nómina del Süddeutsche Zeitung (SZ), que gracias a su formación, a la amplia experiencia y conocimiento en temas de política deportiva ha puesto el “dedo en la llaga” y colocado al descubierto sonados casos de corrupción en los “santos mundos” del fútbol: FIFA y el Comité Olímpico Internacional (COI). Otras voces que se han escuchado son las Bild Zeitung y Rob Hughes, y las opiniones de los columnistas del Frankfurter Rundschau, así como las noticias difundidas por la DPA (Deutsche Press Agentur).
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, después de la reciente reunión del Consejo en Kigali (capital de Ruanda), a finales del mes de octubre, siente una gran nube de aire pesado sobre sus hombros a causa de un proyecto denominado Project Trophy, cuyos componentes deportivos y el atractivo rendimiento financiero fueron presentados —en forma muy general— en la reunión celebrada en marzo de este año en Bogotá. Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Suramericana de Fútbol y también jefe del Comité de Finanzas de la FIFA, hombre de confianza de Gianni Infantino, es quien abiertamente ha presentado la idea desde lo deportivo con alguna ligera mención de lo financiero: "Siempre quisimos tener una Liga de Naciones global y el deseo de que la Copa del Mundo se celebre cada dos años”. Como razón de lo anterior, argumentó: “en un rally cada dos años más jugadores podrían participar en los torneos de la Copa Mundial”.
Las dos idea propuestas por Domínguez, inspiradas por Infantino, son el corazón financiero del Project Trophy. Estas afectarían profundamente a la UEFA, en donde Infantino (Suizo) no es muy querido, además del Campeonato de Europa Continental y se expondría a los jugadores de los clubes a unas mayores sobrecargas físicas y sicológicas.
¿Sorpresa y desconcierto?
Infantino ha liderado este proyecto tras bambalinas bajo el amparo de una comisión de alta confidencialidad con dos apoyos claves: uno, de orden financiero por parte de un grupo inversionista llamado “consorcio”/ compañías de inversión: Invest Advisers Limited (SBIA) y Centricus Partner LP, con sede en Londres y acceso a los fondos privados más grandes del mundo, entre ellos el Grupo Japonés Softbank y unos inversionistas de Arabia Saudita y el Golfo Pérsico. La empresa creada para estos efectos se denomina FIFA Digital Corporation/ FDC.
El grupo de inversionistas en asocio con una comisión (confidencial) de la FIFA ha trazado las perspectivas sociopolíticas (lugares/ sedes de las futuras competiciones) y financieras de la venta de casi todos los activos y derechos comerciales de la FIFA (derechos digitales y de archivo, películas y videos, transmisiones por satélite y en red, derechos de comercialización y reproducción, producciones en formato HD y 3D, juegos de computadora- E Sports y "cualquier otro formato que aún se esté desarrollando en todo el mundo"). Incluso se incluyen los derechos de acceso a formatos no existentes, así como los de la Copa Mundial de 2026 y de futuros campeonatos mundiales. Un negocio de 25 mil millones de dólares que puede representar la compraventa disimulada de la FIFA bajo un desconcertante principio de “limpieza y orden de la casa” por parte de Infantino entregando el fútbol mundial a inversionistas financieros.
La mutación del monstruo
Algunos conocedores de la historia de la FIFA no han dudado en llamar a este nuevo capítulo “la mutación del monstruo”, en alusión directa a la expresión de Joao Avelange cuando le dijo a Blatter: “Sepp, usted ha creado un monstruo”. Avelange se refería a la confluencia de intereses en los negocios/danza de los millones en las trasferencias, los traders/negociantes/asesores de jugadores, los jugadores, los entrenadores, los patrocinadores, las apuestas, las barras bravas y los derechos de transmisión. A lo cual Blatter respondió: “Sí, el monstruo vive, pero lo controlamos”. Blatter lo alimentó durante 18 años. La corrupción hizo presencia y se pasó de la dirigencia a la delincuencia, los órganos de control nunca tuvieron dientes y el monstruo se salió de control. Ahora amenaza con reproducirse y devorar a la madre: de socios a secuaces internacionales atrayendo rufianes y a las más diversas formas del crimen organizado. Un ejemplo inmediato: el trasfondo de los incidentes en Buenos Aires en el marco del Juego Boca Junior frente a River Plate.
El otro apoyo clave, según la prensa europea, tiene a su haber un gran capital mediático, sociopolítico y de convicción ante los grandes grupos de opinión en América, África y Asia con base en las ligerezas éticas y las maniobras discursivas: es el de los dirigentes suramericanos que ya acreditan una lista de dirigentes graduados como delincuentes. Esta idea ha sido respaldada por el resto de dirigentes sudamericanos a quienes la prensa europea califica como “aparentes nuevos cuadros que no están muy lejos de la vieja guardia”. Ya se ha recordado desde las páginas de los diarios europeos que el nombre de Domínguez y de otros colegas, reposan en los archivos del proceso de “Fifa Gate” en los Estados Unidos.
Project Trophy: la condena o la reelección de Infantino
Políticamente los suramericanos deben ambientar la idea y convencer a los representantes de África y Asia que son los que colocan los votos que (re)eligen al presidente de la FIFA. Siete meses antes de su segundo mandato, Infantino necesita esos votos. Ellos representan a 100 de los 211 miembros de la FIFA. Infantino por su parte ha prometido a cada asociación cinco millones de dólares, repartidos en cuatro años. A cada una de las seis confederaciones prometió $ 40 millones de los derechos de televisión y patrocinio.
Domínguez ha venido cumpliendo el libreto que le ha trazado Infantino para que no recaigan sobre él como presidente de la FIFA señalamientos por extralimitación de funciones. De ahí que en los medios se presente y se reconozca al paraguayo jefe de la Conmebol como un miembro muy activo de la FIFA al que le gusta presentar nuevas ideas y propuestas en el mundo del fútbol. Domínguez alentó recientemente el aumento de equipos participantes en la Copa Mundial 2022 a celebrarse en Qatar de 32 a 48 equipos.
Muy curiosamente, desde entonces, Infantino le ha puesto “turbinas” a la idea que se someterá a aprobación en Miami en Marzo del 2019. Una Copa Mundial de 48 equipos en Qatar que convocaría a sus aliados como Arabia Saudita (los co-inversores detrás del Project Trophy de $ 25 mil millones) quien compraría prácticamente a la FIFA y se convertiría en un co-organizador de la Copa Mundial. Qatar solo no puede gestionar un torneo con 48 países, los vecinos tendrían que ayudar: Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU). De esta manera la FIFA quedaría con una participación del 51/50 en el juego del poder global y perdería el control de los campeonatos del Mundo. El control lo tendría el nuevo consorcio FIFA Digital Corporation/FDC donde Infantino por ser presidente de la FIFA se convertiría en el presidente de la Junta de Supervisión. El presidente Infantino asegura que con estas acciones “se está limpiando la Casa de la FIFA y trabajando por un futuro mejor, sin una hegemonía europea”.
Los japoneses se marginan del proyecto
De otro lado, se han presentado unas contingencias sociopolíticas que de alguna manera afectan el Project Trophy: los japoneses no quieren ser percibidos como los “barones que se quieren tomar por asalto” una disciplina deportiva que convoca a una sexta parte de la población mundial. Perciben y saben que están quedando muy mal parados ante el mundo por la proximidad en los negocios con los controvertidos inversores saudíes, por sus políticas totalitaristas y más aún cuando recientemente se vinculó a Arabia Saudita con el asesinato en Yemen del periodista Jamal Khashoggi un crítico del régimen. Así lo confirma la reacción del jefe de Softbank, Masayoshi Son, quien canceló una visita a una conferencia económica en Riyadh. Si se retiran los japoneses, ¿se recurrirá a inversionistas secretos?
Representantes de la Uefa pedirían la renuncia de Infantino
Un hombre importante de UEFA manifestó burlonamente ante el SZ el pasado fin de semana: "¿Por qué la llave Infantino- Domínguez no se inventa ahora una Copa del Mundo cada seis meses? ¡A los clubes les encantaría!". De acuerdo con informaciones del SZ, al interior de la UEFA se ha empezado a plantear la pregunta si se debería contemplar el retiro de Infantino de la FIFA. Hechos punibles: la deslealtad corporativa, conflictos de intereses y los riesgos de demandas por incumplimiento de los términos de los contratos con los socios leales y antiguos. Factor clave: la confirmación de estos hechos a través de la documentación y de las denuncias por parte de algunos abogados de la FIFA y los análisis que ellos han hecho de la “hoja de términos” entre los nuevos socios. Dos abogados -Marco Villiger y Jörg Vollmüller- desde el interior de la FIFA hicieron público un pliego de riesgos y desventajas a través de un documento de 16 páginas que ellos entregaron al Süddeutsche Zeitung, a la West Deutscher Rundfunk y al abogado criminalista Mark Pieth.
El fútbol ese espacio lúdico, reconocido por las bondades en torno a la identidad, el cultivo de los valores de esfuerzo, sacrificio, disciplina, colaboración, cooperación, la comprensión internacional y el juego limpio se ha ensuciado. Decía Willy Daume, otrora dirigente deportivo de Alemania: “El Deporte, no es mejor, ni peor que la sociedad, es un espejo de ella”. Lo importante es que los hechos sociales se pueden corregir, se pueden reorientar, se pueden dirigir y auto controlar. Y gracias a Dios no todos los dirigentes y los miembros de esta comunidad deportiva están contaminados. Ellos deben actuar y controlar al monstruo.