Cuando Colombia juega no se puede ingerir alcohol, ni manejar carro o moto, ahora tampoco se puede lanzar espuma, ni mucho menos harina, para celebrar las victorias de nuestro equipo nacional de fútbol. ¿Hasta dónde hemos llegado?
Recientemente un titular de un portal de noticias falsas bromeaba acerca de las medidas del Alcalde Petro para evitar desmanes a causa del partido de Colombia contra Uruguay. Entre las fantasiosas prohibiciones están:
-No se permitirán groserías, su uso implicará una contravención que acarreará detención en UPJ por 24 horas. Solo se autorizan los términos: “Diantre, recórcholis y cáspita“, para expresar sentimientos negativos y “Qué nota, del chiras y zambomba“, para los positivos. Cualquiera de estas exclamaciones en cualquier caso no podrá superar los 0.7 decibeles.
-Queda terminantemente prohibido subir los pies a los asientos de las salas donde se observe el partido.
-Será obligatorio meterse la camisa para los varones. Mujeres deberán en todo momento cruzar las piernas y mantener una postura acorde con su lo que se espera de una dama.
- En caso de triunfo estos son los únicos estribillos autorizados:
Voz líder: Puma, león pantera, ¿qué equipo es la machera? Coro: ¡Colombia!
A la bio, a la bao, a la bimbombao, Colombia, Colombia, ¡ra, ra, ra!
¡Tres hurras por Colombia! (en ningún caso se permitirá una cuarta) ¡Hip hip: Urra!, ¡Hip, hip, Urra!, ¡Hip, hip, Urra!
Después de reírme un rato con el artículo de estos reconocidos bromistas, me dí cuenta que no estamos lejos de la fantasía; en una ciudad donde ya está prohibido arrojar harina y espuma en la calle, lo próximo es que penalicen al que grite un gol porque se considera contaminación auditiva.
Que los colombianos no sabemos celebrar está claro; cuando llega el mundial de fútbol nos convertimos en seres primitivos irracionales, sin capacidad de reflexionar sobre nuestras propias acciones y por eso han sucedido tragedias que opacan él éxito de la selección en Brasil.
Pero también es lamentable que para arreglar el asunto la Bogotá Humana ha decidido prohibir, prohibir y prohibir, olvidándose de enseñarle a la ciudadanía y fortalecer de manera intensiva las campañas educativas, para que no sea necesario andar coaccionando a la población cada vez que nuestros futbolistas se destaquen en un campeonato internacional. No niego que a veces sea necesario imponer medidas restrictivas para evitar tragedias, pero no añadirle a estas políticas un componente pedagógico solo contribuye a producir y reproducir borregos, formar unos sujetos obedientes, pero incapaces de manejarse a sí mismos con autonomía y responsabilidad. Ese no es el camino para construir una sociedad mejor.
@JesusQuiroga_
http://sociedadfeypoder.blogspot.com/