El sistema de transporte público de Bogotá deja mucho que desear. Por más que el gobierno asegure sus esfuerzos por presentar mejoras al interior del sistema, con la visita del Presidente Santos a la estación de la calle 63 y su posterior ingreso a un Transmilenio convenientemente desocupado, el resultado para el usuario diario es el mismo: buses insuficientes, cupos que no cumplen con la demanda del público, seguridad que no está garantizada ni en las estaciones ni en el interior del articulado, vendedores ambulantes, y demás molestias a las que los usuarios se ven sometidos.
En esta época tecnológica, es natural hacer uso de las distintas herramientas que se tienen para evidenciar el diario vivir, incluyendo también denunciar los abusos que abundan en la ciudad. De esta forma, varios usuarios han publicado imágenes que revelan las pésimas condiciones que se viven en el sistema de Transmilenio, con diversas campañas que transcurren a lo largo de las redes sociales. Páginas como “No más transporte público de ganado” son los voceros urbanos comprometidos con el interés de evidenciar lo que sucede al interior del recorrido por la ciudad.
Ahora bien, las últimas noticias han recalcado la nueva prohibición por parte de la entidad de TransMilenio: la toma de fotografías o videos, bien sea en una estación o al interior del articulado, están prohibidos. Otras situaciones vedadas, según lo estipulado en el “Manual del usuario” en la página oficial de Transmilenio, son las riñas, transportarse con paquetes grandes, las ventas ambulantes y el darle dinero a las personas que piden en los buses pues “esto genera desorden y sensación de inseguridad”. Resulta curioso pensar cuántas de estas actividades presuntamente “prohibidas” no han generado la misma respuesta por parte de la policía, a diferencia de la última ley en contra de las fotografías y videos. Los robos al interior de los Transmilenios son comunes, al igual que las peleas, las ventas ambulantes, y muchas otras situaciones que podrían ser consideradas “inseguras”. Aunque la policía asegura pensar en el bienestar de los usuarios, la experiencia en este transporte público está lejos de ser ideal, la única herramienta con la que contaba el público era denunciar la verdad mediante los equipos electrónicos, razón por la cual se ha implementado su prohibición. La eficacia de la policía se hizo notar a la hora de ejercer esta regla, mientras que los ladrones y vendedores ambulantes pasan desapercibidos. Lamentable mantenimiento de la seguridad en el sistema de transporte de Transmilenio, censurando a sus usuarios mientras son obligados a movilizarse bajo condiciones inseguras, molestas y en buses que no tienen la capacidad para transportar a todo el público que lo necesita.
