Son bien conocidas las condiciones laborales de los docentes de instituciones privadas (colegios y universidades): pagos en bonos, contratos de prestación de servicios, horarios excesivos, imposibilidad del derecho de asociación, descuento de las vacaciones de semana santa y/o semana de receso en la liquidación de final de año, entre otras.
Padres de familia, si exigen una explicación frente a un fenómeno repetitivo a lo largo del año en la institución donde estudian sus hijos, la rotación de docentes, es ésta: “si aparece algo mejor, me voy”.
Por favor, no crucifiquen a los profesores si toman esta determinación, ellos también tienen deudas, familias, proyectos.
Bajo esta premisa, miles de docentes presentarán el próximo domingo 25 de septiembre las pruebas de Estado para poder acceder al sistema laboral oficial, pero en un acto de desidia y egoísmo propio del sistema, grupos económicos, rectores y directores de instituciones privadas de la ciudad de Bogotá, decidieron poner diversas trabas para evitar que sus empleados migren de sus puestos.
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De buenas fuentes se ha encontrado que, en decisiones de emergencia, se han modificado los cronogramas institucionales de colegios –especialmente del norte de Bogotá y sabana norte– que tenían presupuestado su “Día de la familia” para el mes de octubre, siendo éstos trasladados para el fin de semana entre el 24 y el 25 de septiembre.
Han sido diversos los casos en que los docentes han manifestado su descontento ante la decisión, recibiendo de parte de directores respuestas tales como:
“No viene, y damos por terminado el contrato”; “Haremos las investigaciones respectivas para observar la autenticidad de su incapacidad médica”; “Los domingos no dan citas médicas”, y en el mejor de los casos, “Si no asiste, se le descontará del sueldo los días viernes, sábado y domingo”.
A ello se suma una grave denuncia de trabajadores de una reconocida caja de compensación, donde sus trabajadores solicitaron con antelación el permiso para la presentación de la prueba, donde la respuesta entregada en las últimas horas por parte de sus directivas fue:
“De los 23 permisos solicitados, rifaremos solamente 10 que pueden asistir a su prueba; si los demás, por alguna razón no asisten a laborar (calamidad doméstica, incapacidad, cita médica), serán despedidos de su puesto de trabajo.
A las anteriores situaciones se suman algunas universidades privadas quienes a última hora citaron a capacitaciones extraordinarias y retiros espirituales.
