Finaliza el 2024 y la “feliz Navidad, el feliz y próspero año nuevo”, no tendrán sentido para muchos profesores y profesoras por contrato de hora cátedra de la Universidad de Antioquia (UdeA). Somos algo más de 6.000 docentes de cátedra que sostenemos la docencia en pregrado y en menor medida en maestría, y aunque carecemos de un estudio serio y riguroso para la caracterización y análisis de nuestras condiciones de trabajo, en muchos casos, la cátedra, es una manera de mejorar ingresos cuando se labora en otros lugares, pero en otros casos, ser profesor o profesora de cátedra, significa el único sustento económico personal y familiar.
Como docentes de cátedra, tenemos restricciones para la contratación, máximo pueden ser 20 horas a la semana, (medio tiempo) límite definido en el Estatuto profesoral de cátedra y ocasionales (Acuerdo Superior 253 de 2003). Sabemos, además, que algunos profesores y profesoras, solo vivimos de la cátedra en la UdeA, y siendo nuestro único trabajo, no siempre tenemos las 20 horas máximas que define el estatuto, algunas veces llegan a ser solo 4 o 6, situación que no depende solo de la “necesidad del servicio”, sino de las cercanías, simpatías o predilecciones de las y los jefes inmediatos o las coordinaciones de programas.
Lo anterior sumado a que el contrato de cátedra abarca solo 4 meses (16 semanas) correspondientes al semestre académico, lo que se traduce en contratos tan solo por 8 meses al año. En nuestro caso, no existen vacaciones, realmente nos quedamos sin contrato durante 4 meses del año, a la espera del inicio de un nuevo semestre.
Este es el histórico panorama de inequidad de la política universitaria, agudizado por la actual política de austeridad que recae especialmente en el profesorado de cátedra como el estamento más débil y vulnerable.
Describimos varias de las situaciones, en las diferentes facultades, escuelas e institutos, que profundizan las condiciones de precarización, atentando contra la dignidad laboral y el mínimo vital para los y las profesoras catedrática:
-Cancelación de semestres
-Extensión de calendarios académicos hasta febrero 28 sin ampliación de contratos
-Exigencia administrativa de finalizar los cursos según los calendarios académicos
- Supeditar el pago de nómina del profesorado de cátedra, a la culminación del semestre, desconociendo las decisiones de la asamblea escalonada del estamento profesoral.
- Indicación de realizar acuerdos con el estudiantado para terminar virtualmente y cumplir los porcentajes de evaluación y contenido con afectación a la calidad de los aprendizajes y de la educación.
-Restricción en el número de horas pagadas, no se reporta la nómina completa acorde al número de horas del mes
- Postergación de la liquidación
- Terminación y reducción de contratos “de cátedra por periodo calendario” (cátedra 50) según la Resolución Rectoral 48462 de 2021
Como profesorado de cátedra, nos vamos de “vacaciones” pero sin garantías de regreso y sin un peso para los gastos de fin de año e inicio del siguiente. La situación es más grave aún, pues, denunciamos también, que como profesorado de cátedra hemos sido intimidados, víctimas de persecución, de señalamiento, de estigmatización, acoso laboral y vulneración de nuestros derechos laborales, especialmente sobre quienes participamos de las agremiaciones y movilizaciones profesorales en la defensa de nuestros derechos.
El profesor de catedra es el eslabón más débil en la Universidad, y aunque sostiene más del 80% del eje de docencia, terminó siendo el principal objetivo de las políticas de ajuste, impuestas por el gobernador e incluso, condición para un préstamo de 90.000 millones para que la U pueda cerrar el año. Vemos con preocupación e indignación el aplazamiento para el próximo año de la discusión sobre la reforma a los artículos 86 y 87 de la Ley 30 en la Cámara de Representantes. Creemos que no se está prestando la debida atención por parte de las autoridades gubernamentales a la crisis de la U de A, solo comentarios al aire sosteniendo la necesidad de atender esta situación, pero sin voluntad real de solucionarla, desconociendo los acuerdos realizados en la mesa de negociación con todos los estamentos universitarios, en los cuales la administración de la Universidad se comprometió a respetar y garantizar el pago y los contratos del profesorado de cátedra.
Mientras tanto la crisis se agudiza, las y los profesores de cátedra y sus familias pagan los platos rotos, afectando de paso la calidad educativa de los programas académicos, toda vez que ante la ausencia de extensión de contrato y la directriz por parte del administrativo para terminar los cursos en febrero, se termina presionando al estudiantado para que envíen trabajos para justificar notas, sin un ejercicio pedagógico realmente serio y riguroso.
*Profesoras y profesores integrantes Mesa Ético Política