Juan Felipe Acevedo es un ingeniero industrial de 27 años, gerente de Tractec, una empresa fundada hace 18 años pero que muestra la experiencia de más de cincuenta años en fabricación de remolques para tractomulas y furgones para vehículos de carga. Desde finales de 2019 decidió lanzarse a la construcción de un negocio que puede ser multimillonario: el de los vehículos eléctricos para paquetería.
El proyecto se llama Tractec Piranha, y a primera vista parece una pequeña buseta sin ventanas. Excepto el motor y las baterías, comprados a grandes fabricantes chinos, el resto del vehículo fue diseñado y ensamblado por los empleados de Tractec en la planta de Paipa. La experiencia de trabajar con vehículos de carga le permitió desarrollar un prototipo.
Según Acevedo, el vehículo surgió como parte de un proyecto de innovación de la Andi y el Ministerio de Ciencias. A pesar de los retrasos de la pandemia, pudieron pasar de renders a un prototipo en poco más de un año. Más de 450 millones de pesos fueron invertidos para su construcción, pero el objetivo es poder llevar el precio a $130 millones para la producción en serie.
Foto: Juan Manuel Reyes
El vehículo terminado se encuentra en los patios de Tractec en Paipa. La carrocería, sillas, ejes, suspensiones y accesorios fueron fabricados en Colombia. A pesar de los retrasos de la pandemia, el vehículo ya está disponible para hacer pruebas en las carreteras y, sobre todo, las calles de las principales ciudades del país.
El mercado objetivo está en las empresas de paquetería y mensajería, quienes podrían utilizar versiones del vehículo para hacer los repartos de sus paquetes. Para esto, el carro cuenta con una altura de más de dos metros en el interior, capaz de permitir que un mensajero pueda caminar en su interior. También tiene previsiones para una capacidad de 1 a 1.5 toneladas, y una autonomía de 160 kilómetros en sus baterías, más que suficiente para días de trabajo en las calles de Bogotá o Medellín.
Actualmente estos repartos se hacen con camiones y vans a gasolina, lo que genera más de 13.000 toneladas de CO2 al año. La solución que maneja el Piranha ha sido preparada en otros lugares del mundo: el Servicio Postal de Estados Unidos, Amazon y UPS trabajan para dotar masivamente de vehículos similares a sus flotas.
Tractec ha contado con un gran número de empresas dispuestas a probar su vehículo. Dos compañías de paquetería propusieron llevar el Piranha a prueba en Medellín, y otra en Bogotá. Acevedo reconoce que se necesitarán varias mejoras, como un interior completo con aire acondicionado y una trocha (distancia entre las dos ruedas de cada eje) más ancha. A pesar de esto, la mayor dificultad no está en los temas de producción, sino en la homologación del Ministerio de Transporte.
Foto: Juan Manuel Reyes
Una empresa que decida importar a Colombia un vehículo eléctrico terminado puede homologarlo con la documentación de su país de origen. En el caso del Tractec Piranha, el Ministerio no ha decidido cómo realizará la homologación, con lo cual el carro no puede ser matriculado y por tanto, no puede ser matriculado.
A pesar del apoyo de la Andi, el Ministerio de Ciencias y la Gobernación de Boyacá, el primer carro eléctrico diseñado y construido en América Latina no ha podido rodar en las calles. Así no podrá empezar la producción, aunque los planes de Acevedo sean modestos: para empezar, cinco unidades mensuales.
La producción en serie es un fuerte impulso para una industria automotriz colombiana que busca pasar de ensamblar autos a fabricarlos de la mano con la transformación a la movilidad eléctrica. Y Tractec, heredera de más de 50 años de historia en la fabricación de remolques y furgones, quiere ser la pionera de la transformación.
