Es normal que todos los años se apruebe un presupuesto general para los gastos de dineros públicos que conlleva el ejecutar obras de interés general y no para un beneficio particular. Ahora bien, el 19 de octubre de 2021 el Congreso de la República en pleno aprobó de nuevo a espaldas de los colombianos dentro del presupuesto general de la nación un "mico" que mas que este es un "gorila gigante" como King Kong o superior a este, y me refiero a que suspendieron la ley de garantías para dar paso supuestamente a la reactivación económica de 2022; es decir, dejaron a libre disposición de los alcaldes, gobernadores, concejos municipales y demás administraciones los recursos del presupuesto general de la nación, lo cual ad portas de las elecciones para Congreso de la República y presidente de la república deja un pésimo precedente contra la democracia colombiana porque avivará el fraude electoral el año que viene.
A los colombianos se les ha prometido y se les ha incumplido hasta la saciedad las promesas de campaña, por lo cual en su mayoría se niegan a votar, y los que votan son los que generalmente lo hacen a cambio de un tamal, un plato de lechona, un envuelto y un jugo, unas cuantas tejas y bultos de cemento para sus casas, o hasta el más que desprestigiado billete de 50.000 pesos, que parece como si hubiera participado como candidato. Para 2022, así como lo fue en 2018 y en 1970, en que ganaron con presunto fraude respectivamente Iván Duque y Misael Pastrana Borrero contra sus rivales directos Gustavo Petro y el general Gustavo Rojas Pinilla, está más que dicho que serán unas elecciones llenas de bazofia, estiércol, basura, toda vez que se esconden siempre intereses mezquinos con la necesidad que tiene el pueblo; hoy por hoy y más que nunca el país necesita un cambio real y no el alfil que se quita y que se pone cuando verdaderamente el rey o los reyes es y son otros. Es decir, el que llega a comandar la rama ejecutiva como máxima autoridad administrativa como jefe de Estado y jefe de gobierno no es hoy día en la práctica el presidente de la república, sino todo lo contrario, sus financiadores de campaña y quienes tienen el dinero y el poder suficiente para colocar y quitar cuantos dirigentes suban al "poder".
Es necesario sí una reforma integral, o sea, de las tres ramas del poder público, rama ejecutiva, rama legislativa y rama judicial, puesto que está demostrado que no han valido los procesos de sufragio cada cuatro años a las dos primeras ramas por parte del pueblo como para que se vea salpicada también la tercera en un foco inamovible de corrupción. La Fiscalía General de la Nación se ha hecho la de oídos sordos y la de vista ciega, ya que ante tantos casos de corrupción precluye las investigaciones penales en contra de los verdaderos responsables en este platanal.
No es posible, ni mucho menos lógico con la democracia, que el país sea testigo de una dizque "reactivación económica" y dejen una llave abierta o rota ad portas de las elecciones de año 2022. Si bien la esencia de la Constitución Política está el no permitir que se muevan recursos públicos en épocas de jornadas electorales, precisamente para evitar a toda costa que el pueblo sea engañado y pisoteado más de lo que se ha venido haciendo, es por eso que no me canso de decir que en el Presupuesto General de la Nación, con vigencia de 2022, se está dejando no un "mico" sino un "gorila" del tamaño de King Kong.