Carlos Antonio Lozada confesó que él había sido el ejecutó la orden del Mono Jojoy de asesinar a Álvaro Gómez en noviembre de 1995 mientras salía del parqueadero de la Sergio Arboleda, universidad donde él era profesor. Lozada estaba al frente del frente urbano Antonio Nariño que también ejecutó al profesor Jesús Bejarano dentro de la universidad Nacional en 1999.
El gobierno no tardó en reaccionar. En diálogo con El Tiempo Miguel Ceballos afirmó: "El Gobierno colombiano, en ejercicio del seguimiento y cumplimiento al Acuerdo de Paz, le solicita a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que de acuerdo con lo consagrado en la Ley Estatutaria del mismo, se evalúe la compatibilidad del ejercicio del cargo de senador de Julián Gallo, con el reconocimiento que acaba de hacer"
Con la confesión de las FARC se viene una tempestad en lo que quedan de los acuerdos de paz ya que las exigencias del gobierno también cubren a Pablo Catatumbo. El gobierno además afirma que el gatillero que asesinó a Álvaro Gómez aún está vivo y no está muerto como afirmó la exguerrilla.