Más bien redundante esta diatriba. La lógica de los gobiernos, la prensa, los partidos, de gobierno u oposición son verdaderas batallas campales de poder.
En el fragor de las contiendas recurren a todo. Es la lógica del poder.
Todo esto se podría resolver con unas prácticas efectivas del gobierno de Petro, que realmente se vean reflejadas en el día a día de los ciudadanos y principalmente de los menos favorecidos de este sistema de opresión, de esclavitud, de masacres, de torturas, de desplazamiento forzado entre muchas otras. Situaciones tan elementales, que se pueden resolver fácilmente —¿no es pues Petro el presidente?, ¿no tiene el poder?—, tales como resolver el problema del hambre en Colombia, o por ejemplo ayuda en efectivo a los desempleados, ya era hora que todos los que han creído en su proyecto, y todos los colombianos, familias trabajadoras hubieran recibido el primer cheque, en reconocimiento a todos los aportes y esfuerzos que le han dedicado los ciudadanos colombianos a esta desbarajustada sociedad.
Pero los cambios no se ven en el día a día de las amas de casa, de los trabajadores, de los indígenas, de los de a pie, de los indigentes, y hasta de los de mejores condiciones económicas.
Si el presidente Gustavo Petro tiene el poder, si cuenta con todos los instrumentos para cambiar este régimen, ¿qué está esperando para empezar a transformar esta miserable condición humana de la mayoría de los ciudadanos colombianos? Cuando los ciudadanos vean cambios, hacia abajo, en las cuentas de servicios públicos, en el precio de los alimentos, sólo con un cambio tan insignificante como estos, se podría así desmentir todo lo que los medios de comunicación están inventando.
De lo contrario, ¿qué más se puede esperar de los tradicionales medios de comunicación?
Escribirán como siempre del paternalismo, una expresión que es un cliché porque eso aquí no lo conocen los ciudadanos colombianos. El país siempre ha tenido para cubrir esas necesidades de los ciudadanos, pero ningún gobierno y menos este primer gobierno de izquierda, ha hecho nada para contrarrestar esa crítica perversa de la prensa.
Todos los días son más críticas las condiciones de vida de la gente en Colombia. ¿Hasta cuándo hay que esperar para cambiar estos titulares?
Los aliados políticos más cercanos al gobierno se han dedicado a aprovechar esta coyuntura para crear nuevos partidos políticos. Este es un mensaje negativo, ¿o es otra estrategia de la izquierda para blindarse frente a cualquier desastre del gobierno actual a futuro y así continuar activos? ¿Preparando la oposición a los futuros gobiernos?
Lo que diga o no la prensa y los medios de comunicación tradicionales no debería ser un tema de tanta preocupación para el gobierno. Estas noticias se pueden cambiar con hechos que sirvan para mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos colombianos, por ejemplo, regulación de los precios de la canasta familiar, de los pasajes de transporte, de los útiles escolares, del precio de la gasolina, del precio del café, del pan, del queso, de los productos del consumo interno, es que son tantas las maneras insignificantes que podrían alegrar el día a día de los ciudadanos colombianos, y así desvirtuar a la mala prensa, que prácticamente cualquier cambio que sea de ayuda, lo notarían inmediatamente los colombianos.
Solamente con escuchar al alcalde de Medellín decir que a través de la Secretaría de Turismo ofreció el descuento de IVA para los turistas, lo que les parece una gran hazaña, ¡hágame el favor!, descuento a los que tienen dólares y euros, los que supuestamente traen la plata, mientras que para los ciudadanos colombianos nada de nada, en el gobierno del cambio, uno sigue preguntando, frente a todo lo que pasa en Colombia: ¿en qué país vivimos y cómo es que vivimos?
No hay que olvidar que la verdadera revolución, el verdadero cambio y el verdadero progreso es el progreso del ser humano.