Por estos días el gobierno nacional anda desesperado buscando de dónde sacar recursos para el presupuesto del próximo año, pues Iván Duque recibió un déficit de cerca de 20 billones de pesos de su antecesor.
Algunas de las medidas que ha tomado el actual ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, para subsanar el hueco fiscal y además poderle responder a las universidades públicas por los 3 billones de pesos que le hacen falta para su funcionamiento en el 2019 han sido las de proponer gravar con IVA casi toda la canasta familiar e impuestos extras a los contratistas que ganen más 8 millones de pesos mensuales.
Ante las airadas reacciones de la opinión pública, el Congreso y el mismo gobierno llegaron al acuerdo de tumbar estos artículos de la Ley de Financiamiento que hace trámite hoy en el legislativo.
¿De dónde saldrán entonces los recursos que el país necesita el próximo año? Iván Duque está ante una oportunidad histórica que ningún otro mandatario colombiano ha aprovechado en el pasado: la de vender o rentar a un precio justo los inmuebles y predios que el Estado le ha incautado al crimen organizado de este país. Haciendas, hoteles, edificios, centros comerciales, tierras baldías, vehículos de alta gama, etc, están hoy a disposición del gobierno nacional para ser rentados o vendidos.
Esto que no se ha hecho en el pasado de forma eficaz por culpa de los largos procesos burocráticos y trabas que ponen funcionarios corruptos en el camino, podría ser una realidad con un poco de voluntad política y algunos cambios a las leyes ya existentes en ese sentido. Según un experto en la materia, el Estado colombiano llegaría a recaudar entre 5 y 8 billones de pesos en un año si todos los procesos se adelantaran de forma ágil y eficaz.
Hoy el presidente Duque tiene la oportunidad histórica de convertir esos bienes que llevan años e incluso décadas en manos del Estado, en recursos líquidos para el país sin tocar el bolsillo de los colombianos, pero para eso deberá empezar por nombrar una persona competente y sin intereses personales ni políticos en la dirección de la SAE (Sociedad de Activos Especiales) y que esta tenga libertad para armar todo su equipo como mejor le parezca para poder efectuar mejor los complejos trámites administrativos que implican todas estas ventas.