“No perdamos el tiempo”, debería ser el título de una canción de despecho, pero infortunadamente es una sentencia de muerte del Presidente Gustavo Petro al proceso de paz total con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia -AGC-.
Siguiendo el proceder de responder en caliente sin importar el daño que sus palabras pueden causar y sin detenerse a evaluar los hechos, el Presidente Petro prácticamente le está cerrando la puerta la negociación con este grupo que no cesa de buscar las alternativas para avanzar en los diálogos. Grave error.
Esto dijo el Presidente a través de Twitter: “Rechazo contundentemente las amenazas del Clan del Golfo a magistrados de la JEP que están investigando falsos positivos. Si el clan del golfo no entiende que la Paz implica la verdad, es mejor que lo diga y no perdamos tiempo”.
Un triste mensaje que denota que en este gobierno, parece, prefieren reaccionar sin tener la información completa. Y claro, no es la primera vez (seguro tampoco será la última) que esto suceda, pues para tapar sus desaciertos es mejor seguir graduando al que sea como enemigo.
Las AGC, a quien represento como abogado -no miembro- emitieron un comunicado en el que dejan claro que las acusaciones en diferentes medios de comunicación sobre su autoría en las amenazas de los magistrados Alejandro Ramelli y Hugo Escobar, son falsas y además que pareciera existir una campaña difamatoria en su contra con el fin de entorpecer las negociaciones o diálogos con el gobierno nacional.
Finalizan uno de sus comunicados así: “se configura una verdadera guerra mediática en contra de nuestra Organización. Ahora somos los culpables de una inmensa mayoría de hechos atroces, poniendo a las AGC como mampara para ocultar todo”.
Y surgen aquí varias preguntas: ¿Quién puede estar detrás de un plan que señale a un solo enemigo? ¿A quién intentan excusar y para qué? ¿Está desinformado el Presidente? ¿Es real el discurso de la paz total? ¿Realmente quieren hacerla con todos o es necesario que alguno se quede por fuera para que el enemigo siga estando ahí?
Estamos llenos de discursos y palabras, de promesas y compromisos, pero los hechos parecieran indicar solo una cosa: a la hora de concretar, solo les interesa negociar realmente con sus ideologías. ¿Por qué no se suspenden los diálogos con el ELN si en abril cometieron el mayor número de acciones ofensivas en lo que va de 2023?
Según el Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac), “se registraron 21 acciones ofensivas atribuidas al ELN, frente a 18 registradas en marzo y siete combates, el mismo número que el mes anterior. En cinco de esos eventos violentos hubo víctimas: cuatro personas murieron, 22 resultaron heridas y cinco fueron secuestradas”.
Lo anterior son hechos comprobados y conocidos por la opinión pública. ¿Y qué ha pasado en La Habana? Nada, siguen en el tercer ciclo de negociaciones, lo cual celebro con júbilo, mi intención es que se logre la paz total con absolutamente todos los actores del conflicto armado en Colombia, jamás solicitar que se detengan las negociaciones, pero si es necesario decir, que suspender un cese al fuego bilateral sin verificación de los hechos y luego acusar de amenazas sin tener certeza de su autoría, deja mucho que desear de la verdadera voluntad de paz total del gobierno actual.
Nótese por ejemplo, ante la pregunta de un avezado periodista en rueda de prensa del 09 de mayo de 2023, el presidente de la JEP, manifestó que no tenían certezas de dónde provenían las amenazas, dejando entrever el periodista que incluso, las amenazas a las dos titulares de la Magistratura de aquella Jurisdicción, pueden provenir de ex militares interesados en ocultar la verdad de los falsos positivos.
No caiga en el juego, presidente. Las víctimas merecen ser escuchadas.