El 21 de noviembre del 2019 tuvo lugar la protesta ciudadana más nutrida y simbólica en la historia política del país.
Sin ningún distingo político y sin liderazgos identificables, millones de colombianos de todas las condiciones, clases sociales, etnias, etcétera, marcharon por las calles del país.
Vociferaban hastiados e impotentes contra la corrupción, el clientelismo y el mal gobierno. Eran oleadas de personas hechas una sola pidiendo cambios estructurales del poder.
Sin embargo, el gobierno de Duque hizo oídos sordos ante ese grito que resonaba en todo la nación.
Además, redujo la protesta a temas coyunturales y dilató cualquier discusión al respecto hasta que llegó la pandemia, que tal vez lo salvó de su derrocamiento.
Y ahí no paró todo, el presidente hasta tuvo el descaro de convertir el aniversario de esta fecha histórica en el día sin IVA. Esa es la mejor expresión de lo que significa este gobierno.
No obstante, la ira ciudadana está latente.