Como dicen por ahí: "No existe una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión".
Hace solo seis días, el presidente Gustavo Petro anunció por televisión y Twitter cinco decretos mediante los cuales se garantizaba un alto al fuego bilateral entre enero y junio del 2023 con los cinco grupos narcoterroristas que dominan el mercado de la elaboración de coca principalmente.
El presidente desmoralizó a nuestro Ejército Nacional, ordenándole a sus soldados que dejaran tranquilos a los narcoterroristas que operan en distas facciones en todo el territorio nacional durante seis meses... y que mejor se pusieran a brillar trompetas. ¡Medio año!
Y como de eso tan bueno no dan tanto, uno se preguntaba a cambio de qué cedían tan fácil los temibles y sanguinarios para no disparar un solo tiro contra nuestra fuerza pública, y qué había detrás de esa "mutua" decisión? No se sabe. Nunca lo ha dicho. Solo repite como loro que es un gran paso para lograr su "paz total".
¿Así como así? ¿Sin nada a cambio? ¿Los iba a dejar que manejaran sus laboratorios, rutas, e ingresos sin tocarlos con el pétalo de una flor durante medio año?
En todo caso, el anuncio de inmediato generó incredulidad, dudas, cuestionamientos, críticas y burlas, pero no contra el ELN, sino contra un Petro improvisador, desorganizado, autoritario y pinochezco.
Todavía estaban llegando las felicitaciones internacionales por semejante hazaña lograda en un santiamén, cuando cinco días después aparece muy horonda la plana mayor del temible ELN diciendo, palabras más, palabras menos, que eso no es cierto.
¡Y ahí fue Troya! Sorpresa. Estupor. Desilusión. Decepción. Burlas. Petro quedó como un grandísimo mentiroso.
Las burlas de la oposición contrastaban con los inútiles esfuerzos por parte de miembros del gobierno y el silencio de muchos que "se fueron de vacaciones o estaban incapacitados". No saben qué decir y lo que dicen suena a disculpa barata y a mentira rebuscada.
¡Qué oso! ¡Por Dios! ¡Qué oso! Petro perdió su poca credibilidad nacional y la curiosidad internacional. Ya no importa que ahora digan que es que resulta que ese tema será analizado a finales de enero en reunión de mesa de paz en México.
Con esta sorpresiva declaración, el ELN ya tomó una gran ventaja: obliga a Petro a concederles más de lo que estaba dispuesto a cederles, con tal de que por segunda vez no "digan que no en México". Eso sí significaría el comienzo de la caída prematura de la "paz total". El escándalo sería como el título del libro El ruido de las cosas al caer.
Durísima bofetada del ELN a Petro, quien con Verónica Alcocer ya empacaba maletas para viajar a Italia a ver un papa que se murió, pero también a la Capilla Sixtina, el Coliseo de Roma, las góndolas y las fuentes de la plaza central, rodeadas por tiendas de marca.
Además, este patadón del ELN sirvió de acicate para que los camioneros anuncien un próximo paro por el ACPM y los peajes, igual que los taxistas por el precio de la gasolina. Así se irán sumando una tras otra todas las agremiaciones en lo que tiene la lírica y la prosa montada para ser la Crónica de un paro nacional anunciado.
Ya no importa lo que diga y prometa, la gente no le cree... porque no hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.