La acción del presidente Petro con la bandera del M-19 termina siendo una provocación o una muestra de polarización política, lo cual generara reacciones negativas entre quienes no comparten su ideología política.
"Haber compañero, traiga esa bandera", lo dice el presidente con una sonrisa que más parece de burla, sobre la idea de darle paso en tarima a esa misma bandera de colores rojo, blanco y azul y que se intentan tapar por un "M-19" impreso en azul aguamarina. Según la historia, que más parece ficticia, el hecho sucedió el último 26 de abril, en un colegio de Zipaquirá (San Juan Bautista), y como lo proliferaron medios nacionales: "Petro se mostró orgulloso con bandera del M-19".
El argumento, según lo anunciado por el mandatario, era que se encontraban de fiesta, aunque nunca se supo por qué. Eso mientras la multitud también celebraba, y como cantando repetían ya en coro: "Petro, Petro, Petro...". Entonces, dos aparentes organizadores del evento, o por lo menos simpatizantes, desenvolvían la misma bandera que ahora ocupaba la atención del auditorio. Un cuadro que se coronaba por la sentencia en voz del mismo Petro: "No les gusta que la saquemos; ¿cierto? Je, je. No va a estar debajo de los colchones".
Resultó que el 26 de abril se conmemora otro año más de la muerte de Carlos Pizarro. Ficha importante del movimiento 19 de abril y un "jovencito que salió a cambiar el mundo", acompañado en su momento por el mandatario; y que según el mismo Petro, también estuvo en Zipaquirá. Un hecho que claramente causa un malestar nacional y que ya parece estar trascendiendo los límites de la oposición, calando también en el corazón de algunos otros que sin ser "petristas" creímos en el cuento populista de un cambio.
Hecho que también se presenta a solo 7 días de la ejecución de un aparente "día cívico por el cuidado del agua". Evento desarrollado exactamente el último 19 de abril. Misma fecha de la fundación de la "organización guerrillera urbana" en 1974 y que otros investigadores de la violencia en Colombia han determinado como "el principal actor armado que secuestró en los setenta". Mismo 19 de abril en el que también se conmemora la muerte de José Raquel Mercado, el sindicalista de la Confederación de Trabajadores de Colombia secuestrado y asesinado entre febrero y abril de 1976 por el mismo M-19 en un "juicio político" a razón de la aparente traición a la clase obrera colombiana. Cuestión de la que Petro sigue sin hablar.
"La historia la escriben los vencedores, pero el tiempo da voz a los vencidos"
En el 2016 un diario español preguntó en entrevista a Carla Montero sobre su última novela: El invierno en tu rostro. Publicada en mayo de ese mismo año y "basada en las vidas de varios de sus familiares que sufrieron en primera persona la crudeza de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial". El libro narra las vidas de Lena y Guillén Álvarez, dos hermanastros que experimentan circunstancias similares en diferentes lados de un conflicto bélico y más tarde durante una guerra en Europa. Lena trabaja como enfermera en la División Azul, mientras que Guillén se une a la resistencia contra el nazismo.
Cuando se le pregunta a Montero sobre qué mensaje le gustaría expresar con El invierno en tu rostro, alude a la importancia de ser persona, "más allá de cuál sea el color de tus ideas". Entre tanto que aparece la consideración por una memoria histórica como asignatura pendiente, haciendo énfasis en que "la historia la escriben los vencedores, pero el paso del tiempo también da voz a los vencidos y afortunadamente eso es lo que está pasando con los años: los vencidos también están poniendo las cosas en su sitio, se están equilibrando las balanzas". Y es que sin lugar a dudas, la narrativa de los vencedores tiende a ser sesgada y a menudo omite o distorsiona los puntos de vista y las experiencias de los perdedores o de aquellos que fueron subyugados.
Esto puede llevar a una comprensión incompleta o distorsionada de los eventos históricos (omisión) y a la perpetuación de injusticias o desigualdades, o, como se refiere en la primera parte de este texto, a un hecho que claramente causa un malestar nacional y que ya parece estar trascendiendo los límites de la oposición.
De los crímenes cometidos por el M-19
Según un texto del 2022 que hace parte del proyecto Memorias del Conflicto y que verifica la desinformación que circula en redes sociales sobre el Informe Final de la Comisión de la Verdad y es financiado por el Centro Internacional de Justicia Transicional y la Embajada de Noruega en Colombia, titulado El informe final sí habla de los crímenes cometidos por el M-19 y publicado por COLOMBIACHECK, el M-19, como guerrilla insurgente, estuvo involucrado en diversos crímenes durante su actividad armada en Colombia. Sin proporcionar datos específicos, uno de los delitos más destacados fue el secuestro, una práctica que la Comisión de la Verdad señala como una estrategia económica y política importante para el grupo. Además, el M-19 fue responsable de varios asesinatos, entre ellos el del sindicalista José Raquel Mercado en 1976. Estos actos de violencia no solo causaron sufrimiento a las víctimas y sus familias, sino que también revelaron el grado de deshumanización del conflicto armado colombiano.
Sumado a los secuestros y asesinatos, el M-19 fue señalado por violaciones al Derecho Internacional Humanitario, incluyendo el reclutamiento de niños, niñas y jóvenes menores de 14 años en sus filas. Esta práctica, junto con otras infracciones al DIH, contribuyó a la escalada de violencia y sufrimiento en el conflicto armado colombiano. Es importante mencionar, todavía, la toma del Palacio de Justicia en Bogotá en noviembre de 1985, que marcó un punto de inflexión en el conflicto armado y cuyas consecuencias se sintieron en todo el país.
Pero, ¿por qué pueden llegar a fastidiar tanto este tipo de acciones tan puntual?
Sin lugar a dudas, la acción del presidente Petro en relación con la bandera del M-19 ha generado malestar en ciertas personas, especialmente en el contexto político y social del país. Una acción controvertida por varias razones. En primer lugar, el M-19 es una organización guerrillera que estuvo involucrada en el conflicto armado en Colombia, y mostrar orgullo o celebrar símbolos asociados con esta organización puede interpretarse como un respaldo de su historia, incluyendo sus acciones violentas. Cuestión problemática para quienes consideran que estas acciones son injustificables o dolorosas para las víctimas del conflicto.
Además -para recordarle al presidente-, el conflicto armado en Colombia ha dejado profundas heridas en la sociedad, con millones de víctimas y familias afectadas por la violencia. Mostrar orgullo o celebrar símbolos asociados con grupos armados puede ser percibido como insensible hacia aquellos que han sufrido directamente las consecuencias del conflicto.
Se debe agregar además que Colombia es un país con divisiones políticas profundas, y los gestos o declaraciones de líderes políticos pueden interpretarse en el contexto de estas divisiones. La acción del presidente Petro con la bandera del M-19 termina siendo una provocación o una muestra de polarización política, lo cual genera reacciones negativas entre quienes no comparten su ideología política.
