Señor presidente, el sector empresarial vive una profunda incertidumbre por la pandemia del COVID-19.
En líneas generales el frenazo del sector real de la economía tiene a todos los comerciantes agobiados al comprobar que el acceso al crédito no deja de ser una vana ilusión por todas las talanqueras de los bancos.
Dada la actual situación de iliquidez del sector empresarial y el estancamiento de la economía nacional, propongo que el valor de la renovación de las matrículas mercantiles de personas naturales y jurídicas para el presente año 2020 no sea cobrado por las distintas cámaras de comercio a nivel nacional.
Estas entidades están llamadas a apoyar al aparato productivo en todas las regiones y qué mejor muestra de voluntad que excluir de este pago a las empresas en la actual recesión.
Además, las cámaras de comercio poseen los recursos suficientes para asumir sus gastos durante la presente vigencia y tendrán igualmente que ajustar sus presupuestos demostrando austeridad.
Ahora bien, la sugerencia para aquellas empresas que hayan ya realizado su proceso de renovación es reintegrarles esos valiosos recursos.
Señor presidente, casi el 80% de las empresas son mipymes, generadoras de empleo y progreso para las regiones.