Uno de los planes favoritos de Camila durante los meses que vivió en Houston era ir a mirar maquillaje a Walgreens. Cuando los días eran grises ella prefería añadirles un toque de color por medio de su ropa, así mismo le encantaba irse de compras y probarse todo lo que haya a su alrededor pues consideraba que el vestir, lejos de ser una penosa obligación, era toda una forma de distracción que le permitía expresarse. La comodidad era el principal parámetro a la hora de determinar qué prenda llevaba, después tenía en cuenta qué tan bien se sentía luciéndola pues cuando se veía tentada por alguna blusa manga corta, el espejo siempre le recordaba su realidad.
Las estrías producto de los cambios extremos de peso por consecuencia de la quimioterapia que recibía, estaban ahí para recordarle que no le favorecían las blusas de manga corta. Igual sucedía con la hinchazón que constantemente sentía en las piernas que le imposibilitaba usar zapatos de más de 8 cm de alto. De hecho, eran muy pocas las tardes en las que Camila podía salir a disfrutar de la capital texana, pues en los meses que llevaba en dicha ciudad, no fue mucho lo que alcanzó a conocer aparte del MD Anderson Cancer Center, hospital en dónde un tratamiento experimental con anticuerpos monoclonales resultaba ser su único ancla a este mundo, literalmente hablando, si tenemos en cuenta que le tocaba vivir con un morral pegado a su brazo del que solamente descansaba una semana por mes.
Hoy día Camila es un recuerdo, pues falleció el pasado martes 24 de febrero en la clínica Las Américas de Medellín luego de agotar hasta el último recurso por aferrarse a la vida. De Camila nos quedan muchos trinos, titulares, noticias, y todo aquello producido por la intensa campaña que libró en redes sociales con la que consiguió movilizar a toda una sociedad en pro de su objetivo. Cinco largos años fueron los que esta joven de 24 años, nacida en Aguachica (César) llevaba haciendo hasta lo imposible por luchar contra la leucemia. Su twitter así lo corroboró, desde ahí comandaba un ejército de más de 19.000 seguidores, algunos de ellos con mucha influencia en el país, que en su momento presionaron para que la EPS Sanitas no descuidara a esta joven cuya única esperanza era un trasplante de médula que hubiera significado la victoria a esta larga batalla, pero que solamente había sido divulgada en cuanta red social, página web o medio de comunicación le brindara la oportunidad de hacerlo.
Ella siempre fue consciente del alcance que tienen las redes sociales y así mismo lo fue cuando montó un video a You Tube gracias al cual el rector de la Universidad del Externado accedió a dejarla continuar con sus estudios de Derecho a distancia. También logró que a principios de 2014 Sanitas autorizara mandarla a tratamiento experimental en Houston luego de que una negligencia burocrática de la EPS la hiciera recaer en la leucemia. A principios de octubre pasado acudió nuevamente a la web para no ceder ante las decisiones de Sanitas, que por esos días había prohibido continuar con el tratamiento en los Estados Unidos, “Porque en Colombia sale más barato” según decía Camila. En efecto, le tocó abandonar Houston para ser atendida en Colombia y el pasado 19 de Diciembre recibió un transplante de médula en la clínica Las Américas de Medellín, sin embargo las cosas no mejoraron pues las infecciones, las recaídas y las complicaciones fueron una constante en sus últimos días, pese a que hasta último momento se mantuvo la esperanza.
https://www.youtube.com/watch?v=pkP8ZZqOSeI
No obstante su lucha no pasó desapercibida pues le tocó vivir su drama en una época donde un trino puede tener alcance suficiente como para contactar al ministro de Salud o al mismísimo Presidente de la República. Los buscaba para que intercedan en su caso ante una EPS que en el pasado ya le había negado una oportunidad de vida, pues los tres meses que Sanitas tardó en autorizar su trasplante de médula fueron suficientes para que su sangre se volviera a plagar de células cancerígenas, perdiendo así una oportunidad de oro en su dura batalla. Cada recaída era un punto a favor de la leucemia contra la vida de Camila, y ya había sucedido tres veces.
Siendo así, Camila no podía darse el lujo de entregarle su sangre una vez más a las células cancerígenas, una recaída más significaría la pérdida definitiva de cualquier posibilidad por salvarse. A grandes rasgos, la campaña que en redes sociales había logrado imponer el Trend Topic #TrasplanteParaCamila , radicaba en la decisión de la EPS Sanitas por terminar el tratamiento en Houston y realizar el trasplante en el país, bajo el argumento de que ya no había más fondos para Camila.
Si en Colombia alguna vez se hubiera realizado un trasplante de médula espinal a un paciente en tercera remisión, o si éste se realizara lo suficientemente rápido -en menos de cuatro semanas desde la finalización del tratamiento-, si acá no la hubieran dado por desahuciada o si no fuera Houston el único lugar del mundo en dónde se realiza el tratamiento que la mantenía viva, a lo mejor Camila no hubiera tenido problema alguno en dejar tierras norteamericanas para regresar al país. Pero como lamentablemente no era el caso, la última alternativa que le quedaba a ésta joven era volcar todo su arsenal mediático en favor de que la EPS accediera a realizar el trasplante en Estados Unidos, lo cual no sucedió.
De Camila también nos quedó un blog ( http://pidiendotiempoextra.blogspot.com/ ) en dónde nos contaba cómo transcurría su vida en la capital texana, contrastando lo que podría ser una magna tragedia con los temas aparentemente banales que interesarían a cualquier jovencita. Su talento narrativo era evidente con tan solo ojear algunos párrafos en donde nos hablaba de la emoción que sintió por primera vez al ver a su doctora de crespos rojizos el primer día que llegó al hospital, o del embolatado acento de la enfermera hindú que al decir su nombre pareciera decir cualquier otra cosa menos Camila.
Si la burocracia no hubiera retrasado su transplante, o si hubieran autorizado su tratamiento en Estados Unidos a lo mejor ésta joven hubiera ganado su lucha contra la leucemia y seguiría siendo una más entre nosotros. En todo caso, ella hacía hasta dónde podía y se relajaba mirando vídeos en You Tube para aprender a maquillarse pues el hecho de padecer esta enfermedad no implicaba tener que verse fea. Entre los muchos tutoriales que le gustan, recomendaba especialmente los de la mexicana Shelby Ruíz quien sabe muy bien cómo producir un look natural. Paradójicamente, solo fue en los últimos años que Camila se interesó por arreglarse todos los días, finalmente, no todo lo que el cáncer trajo a su vida tenía que ser malo. Paz en su tumba.