Siento mucha decepción por el presidente. Pensé que al ver tanta gente inconforme con sus políticas públicas, más del 80% de los colombianos se siente decepcionado con su desgobierno, su reacción sería recapacitar y empezar a cambiarle el rumbo a su precaria administración. Pero no.
El presidente Duque debe reaccionar y después del 21 de noviembre aceptar que se equivocó en su manera de percibir las necesidades del colombiano. Además, debe con suma urgencia desvincularse del uribismo que no lo está dejando gobernar y escuchar las necesidades del pueblo.
La marcha del 21 que apoyan no solo los trabajadores, sindicalistas y estudiantes, sino también la curia, las reinas, los artistas, los jueces, los guardianes del Inpec, los indígenas, los campesinos, la izquierda, unos cuantos de la derecha... en fin, todo el pueblo, le envía al gobierno Duque una clara señal, una clara advertencia de que las cosas no van bien.
El presidente debe entender que si no logra captar las necesidades de nuestro pueblo su gobierno va a colapsar y corre el riesgo de que el país se desestabilice. Eso son contar con que enfrenta el peligro de pasar como el peor gobernante de la historia de Colombia.
Personalmente no voté por Duque, pero me imaginé un gobierno progresista. Pensé que iba a gobernar bien para bajarle los humos a una izquierda creciente y fortalecida, pero no, fue todo lo contrario. Entró gobernando con y para los empresarios en detrimento del pueblo llano. Buscó todas las herramientas para acabar con el proceso de paz con las Farc y con la JEP. No quiso o no pudo copar las zonas que dejó las Farc. Despreció al agro y las políticas de sustitución, sin olvidar el proceso de paz con el ELN (aunque ellos colaboraron).
Y eso no es todo. Mintió con lo de bajos impuestos y altos salarios, el no al fracking y la protección a los páramos. Además, el desempleo se disparó, los niveles de delincuencia e inseguridad se desbordaron y los grupos al margen de la ley crecieron (hasta grupos mexicanos están manejando una gran parte del narcotráfico). Ni hablar de los proyectos de reforma laboral y pensional, y las miles de personas que gracias a la idea de que con doscientos cincuenta mil pesos se es de clase media las han sacado de la base del Sisbén..
Por otro lado, el apoyo a los venezolanos fue un arma de doble filo. Ahora no sabemos dónde meterlos ni dónde atenderlos. Están despojando a los colombianos del trabajo informal (son subcontratados, a ellos les pagan miserias), sin dejar de lado que llegaron miles de delincuentes. Esta es una bomba social que está a punto de estallar..
En fin, hay una larga lista de desaciertos políticos como sociales que solo ellos defienden. Aún así, vienen a decirnos que no entienden por qué marchamos, que eso del paro no tiene piso, que son instigadores internacionales que pretenden desestabilizar el país, que todo es iniciativa del grupo de Sao Paulo, que ellos nunca pensaron en implementar eso.
Por favor, presidente Duque, un poco de respeto para su pueblo. No atente contra nuestra inteligencia. No somos tan cerrados de mente. Acepte que no lo está haciendo bien y enderece su rumbo.
