El coronavirus se expande y saltará a niveles alucinantes en cosa de días, de modo tal que el sistema de salud será colapsado por su deficiente infraestructura, su desfinanciación y fragmentación.
Hay un consenso generalizado sobre la necesidad de que el Estado recupere el control y manejo de la salud, eliminando la nefasta intermediación de las EPS, genuinas maquinarias de acumulación financiera en perjuicio del derecho a la salud de los colombianos.
Vargas Lleras, hoy con tanta influencia en el sector de la salud, dada su cercanía con el actual ministro de Salud, doctor Fernando Ruíz Gómez, exigió recientemente actuar sobre Coomeva y Medimás.
En su reciente columna en El Tiempo, titulada SOS por clínicas y hospitales, planteó: "La mayoría de las EPS, con enormes esfuerzos por la liquidez general, han atendido cumplidamente (Sic) a sus afiliados. No es el caso de Medimás y Coomeva, que deberían ya haber sido liquidadas. ¿Por qué no actúa la Superintendencia de salud? ¿Que está esperando? ¿El pico de la crisis? Hay que distribuir de inmediato a estos 5 millones de afiliados entre las demás entidades del sector".
Fuerte campanazo el del exvicepresidente Vargas Lleras. Tiene toda la razón en su apreciación y pedido. Coomeva francamente es una alcantarilla de la salud con la que especulan grandes capitales gringos. Su servicio es un desastre. Personalmente, llevo tres años en espera de unas citas con distintos especialistas... esa ha sido una tarea imposible. Renuncié a que Coomeva me prestara sus servicios médicos y hospitalarios. Aun así, sigo haciendo mi alta cotización allí, la misma que se dilapida por esta entidad como le ocurre a millones de usuarios.
Con eso en mente, como bien es sabido, el presidente Duque tiene hoy amplias facultades especiales en virtud de la emergencia ecológica, social y económica. Ciertas medidas como el Decreto 444 activaron la infraestructura social del Estado para asumir las situaciones más complejas de la coyuntura.
No obstante, hay prioridades y la salud es la preponderante. Esta demanda un viraje radical. Hay que restablecer la hegemonía de lo público en la salud mediante la cancelación de la ignominiosa Ley 100.
En tal sentido, la propuesta de Vargas Lleras es acertada y el presidente debería emitir un decreto-ley que resuelva de raíz la gravísima crisis suscitada con los problemas de Coomeva y Medimás, para proceder a su nacionalización como lo acaba de hacer Irlanda con empresas similares y con los hospitales.
Es poco creíble el comunicado del 11 de abril emitido por Coomeva para desconocer su actual fracaso financiero, técnico, administrativo y en la atención médico-hospitalaria.
Nota. Presidencia de la República debería fortalecer aún más el Hospital Militar Central y la Dirección de Sanidad del Ejército, dada su gran experiencia y capacidad científica en el terreno sanitario. Estas son dos instituciones creadas durante las guerras civiles del siglo XIX por destacados médicos santandereanos de la época, como Antonio Vargas Reyes, el fundador de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. Igual merito le cabe a Manuel Plata Azuero, el senador liberal radical fundador de la Universidad Nacional.
