A unos días de la primera vuelta de la elección presidencial francesa (23 de abril), once candidatos están en la línea de salida. Sin embargo, solamente cuatro se presentan en condiciones de suceder a François Hollande: Emmanuel Macron del partido "En Marcha!" (Centro), François Fillon del partido "Los Republicanos" (derecha), Jean-Luc Mélenchon del partido "Francia insumisa" (izquierda radical) y Marine Le Pen del partido "Frente Nacional" (extrema derecha). Abandonado por gran parte de sus camaradas del Partido Socialista en beneficio de Emmanuel Macron, el candidato oficial del Partido socialista, Benoit Hamon, no parece en condiciones de competir.
Si bien la campaña ha estado ampliamente perturbada por los asuntos judiciales de Marine Le Pen y sobre todo de François Fillon, los debates han estado, como de costumbre, dominados por los retos socio-económicos y de seguridad. Sin embargo, mientras que los temas internacionales fueron ampliamente ignorados en las últimas elecciones, los lazos entre la seguridad nacional y la guerra en Siria e Irak junto con la elección de Donald Trump y la crisis multifacética de Europa (crisis de la zona euro, del Brexit y de los refugiados), han conducido al retorno de los temas de la política exterior a un nivel jamás alcanzado desde el fin de la Guerra Fría. Esta tendencia ha crecido aún más en los últimos días tras el bombardeo de la base de Shayrat en Siria por parte de Estados Unidos.
En la encrucijada entre los desafíos de política interior y los de política exterior, los retos europeos resultan ser fundamentales. Insistiendo sobre la solidez de la pajera franco-alemana, Macron se inscribe en la continuidad de Hollande. Aunque criticó la política aplicada por la canciller Ángela Merkel durante la crisis de los migrantes, Fillon también desea una reactivación de la relación franco-alemana.
El candidato del movimiento "En Marcha!" y el de "Los Republicanos" han expresado también puntos de vista convergentes sobre Siria. Mientras que la política de Hollande se resumió mucho tiempo con la formula "Ni Estado islámico, ni Bachar el-Assad", Fillon, como Macron, defienden la necesidad de jerarquizar los retos, dando prioridad a la lucha contra el Estado Islámico. Al respecto, Fillon quien desde 2012 había señalado los impases de la estrategia occidental de Hollande, va más allá que Macron. En nombre de la lucha en contra de lo que él llama un "totalitarismo islámico", el candidato de la derecha defiende, a diferencia de Emmanuel Macron, la idea de un acercamiento con Rusia. Para François Fillon, lo anterior se inscribe en la visión gaullista de una Europa del Atlántico a los Urales y responde también a la necesidad de no dejar este Estado-continente apartarse de Europa en beneficio de China.
De manera general, la cuestión de las relaciones con Moscú ha dominado los debates sobre la política exterior. Al igual que Fillon, Mélenchon y Le Pen quien fue recibida por Vladimir Putin en el Kremlin el 24 de marzo de 2017, se pronunciaron a favor de la supresión de las sanciones impuestas a Moscú desde la anexión de Crimea en el 2014. Por el contrario, Macron y el candidato del partido socialista Benoit Hamon, son mucho menos favorables a un acercamiento con Moscú. El primero, quien fue ministro de economía de François Hollande de 2014 a 2016 aparece como el candidato de la continuidad en materia de política exterior. Sin embargo, las críticas dirigidas a Hollande sobre su atlantismo, su intervencionismo militar y su proximidad con las monarquías del Golfo quienes albergan a los pensadores del islam radical, le impiden asumir su legado. Además, el nuevo entorno internacional con la elección de Donald Trump impide repensar los esquemas de la política exterior.
Mientras que Fillon y Macron apuestan por una mayor solidaridad entre europeos, Marine Le Pen, quien no paro de criticar el seguidismo de Hollande hacia Barack Obama, percibe la elección de Donald Trump como una oportunidad para poner en tela de juicio el funcionamiento de la Unión Europea y el liderazgo alemán. Mucho menos entusiasta hacia Trump, el candidato del "Frente de izquierda" Jean-Luc Mélenchon tiene como punto común con Marine Le Pen su voluntad de revocar la decisión sobre un retorno de Francia en el mando integrado de la OTAN, tomada por el antiguo presidente Nicolas Sarkozy en el 2009, así como una visión crítica de la Unión Europea. Mélenchon, quien reivindica su cercanía con los jefes de Estado del ALBA, tiene como objetivo renegociar los tratados europeos so pena de salir de la UE. Por su parte, Le Pen tiene la intención de organizar un referendo sobre la salida de la UE si no consigue el "retorno de las cuatro soberanías: monetaria, legislativa, presupuestaria y territorial". Haciéndose pasar como una anti-Merkel, Marine Le Pen, quien defiende también la salida del espacio Schengen, busca así apresurar la erosión del Proyecto Europeo. Por eso, la elección de la candidata del Frente nacional tendría consecuencias más importantes que el Brexit.
Aymeric Durez
Doctor en Relaciones internacionales de la Universidad Jean Moulin-Lyon 3.