En estos tiempos, contrastar la prensa nacional con la amarillista es una intención bastante rígida y de bastante análisis, porque ambas guardan consigo un lenguaje especial y una forma de comunicar diferente.
Una prensa amarillista, por lo general, tiene una afinidad y con alta preocupación sensacionalista, en cuanto al desarme informativo, la falta de interés y falsificación de información. La pérdida de tiempo publicando atentes desinformativos, imágenes a la orden del pueblo, clara, concisa y de mucha captación visual.
Estos medios amarillistas usan una fotografía sangrienta de interés para las masas de bajos recursos, que a diario viven su propia realidad de vandalismo, violencia y atropellos en su comunidad.
Ese es el ejercicio de alguna de estas prensas. En torno a su lenguaje, es coloquial, de manera entendible, para su población, en su propia jerga. Me imagino lo difícil que sería trazar una línea tajante con la intención de captar al lector de una manera más rápida.
Los titulares con la intención de emocionar a la gente con una muerte nueva, la fotografía para raptar la memoria histórica del hecho como tal. La satisfacción por entretenerse con las muertes, encima de la veracidad y objetividad periodística, la ética y la moral no son aspectos muy bien elaborados en la prensa amarilla, y de ahí nace el deleite por la crónica roja: uso de las personas como un referente provechoso en la noticia. En cuanto a la fotografía con la premisa de un talle profundo sobre los accidentes, crímenes, atracos y líos.
La conducta de los lectores debe ser explicada en dicha medida según sus necesidades, porque no se puede aplicarle un lenguaje formal y difícil de entender a la cultura popular, debido a que no están acostumbrados a ese tipo de expresión, por lo general son personas del campo, del pueblo, de la cosecha y necesitan informarse para formarse en su lenguaje popular. De ahí se deriva el proceso de recepción y captación del mensaje en la cultura popular frente a los mass media. El enfoque de este medio ha implicado un gran efecto en las conductas de las personas, la psicología y el uso que estas le dan y la gratificación que se obtiene.
Y entrando en la temática de la prensa nacional, su enfoque es la política, la crítica y la imparcialidad en los mass media -aunque son parciales-. Por lo general, en este tipo de prensa nacional su lenguaje es bastante formal, ético y reestructurado. La población que logra leer ese tipo de prensa es la clase media y alta porque, pictóricamente, eso representa cierto interés para la audiencia que logra leer el medio.
La diferencia entre la prensa amarillista y nacionales que el primero tiene un enfoque hacía la cultura popular, a la que se asume que no sabe nada, a la que se puede mentir porque siempre van a considerar que está bien, porque no tienen el alto conocimiento para deducir si eso que se dice es cierto o no; y la segunda, la prensa nacional, cuya finalidad de vender lo que cueste, pero acá está la clase media y alta, a la que conoce quizá a fondo del tema y puede reincidir en ese mismo análisis.