Recientemente se llevo a cabo la entrega de los premios Simón Bolívar al periodismo colombiano en su versión número cuarenta y ocho. Una noche en la cual se premió a consagrados comunicadores y periodistas, en donde se hicieron múltiples reflexiones en torno a la información y los medios de comunicación. En esta oportunidad Miguel Cortés Kotal presidente del Grupo Bolívar, resaltó los cambios y la evolución del periodismo en la era digital.
Mensaje que nos permite reflexionar sobre el papel actual de los medios de comunicación, su relación con las nuevas tecnologías y su rol con el fortalecimiento de la democracia, hecho evidenciado con los galardonados de esta versión, dónde el mensaje fue claro, debemos entender a las nuevas audiencias y tratar de acercarnos a ellas con nuevos lenguajes, pero no para “satisfacerlas” sino para llevarles a sus entornos de consumo de información con un periodismo sólido y confiable, prueba de ello es el reconocimiento otorgado a el portal “Hola Soy Danny” quienes fueron premiados como mejor “video Opinión humor” caracterizados por su humor satírico y pintoresco, en igual sentido el premio recibido por Leonardo Parra por su caricatura publicada en este medio Las 2 Orillas denominada ‘Fiscalía real” y sin dejar de lado a Laura Galindo de RTVC noticias galardonada por su video crítico denominado “Supuesto plagio de Shakira”, reconocimientos que nos permiten evidenciar la diversidad de formatos con los que se comunican los hechos del acontecer social y político colombiano.
De resaltar en igual sentido, el premio “a la periodista del año” otorgado a Laura Ardila Arrieta por su informe narrativo “La costa Nostra”, que profundiza sobre las maquinarias políticas en la Costa Colombiana, publicado por Editorial Rey Naranjo Editores, texto que recordemos se rehúso a publicar editorial Planeta. Por otro lado, no podemos pasar por alto el premio a “la vida y Obra de un Periodista” otorgado a la consagrada periodista Cecilia Orozco Tascón quién aprovechó el momento para incluir dentro de su discurso una invitación a la recuperación del prestigio de esta profesión, sobre todo en estos tiempos dónde se ha involucrado la inteligencia artificial.
Palabras muy acertadas, teniendo de presente que nos encontramos en la cuarta revolución Industrial o revolución 4.0, caracterizada esta por una sociedad híper informada, dónde los canales y medios de comunicación tradicionales han perdido algo de protagonismo en el escenario social gracias a la digitalización que ha permitido que muchas plataformas y redes sociales se conviertan en el epicentro para la producción y difusión de la información en diferentes formatos, espacio que cuenta con miles de usuarios dónde la inmediatez permite que a la mayor brevedad del tiempo posible la información llegue a sinnúmero de personas, logrando visibilidad y accesibilidad, permitiendo a la vez que las nuevas generaciones sean más críticas y dadas a opinar con mayor frecuencia.
Vale la pena mencionar también que los medios de comunicación siempre han tenido influencia en las decisiones políticas y en la formación de la opinión pública, ejemplo de ello lo fue el periodismo de Ida Tarbell o los Muckrakers, o el periodismo de Bob Woodward quién destapó el escándalo de Watergate en la administración de Nixon en Estados Unidos.
Entre otros muchos ejemplos, se puede citar en igual sentido aquellas cadenas de información que han cumplido un papel fundamental para la gestación de ciertas revoluciones de este último siglo, mismas que han permitido movimientos espontáneos y trascendentales para la movilización de las masas, ejemplo de ello es la Primavera Árabe (2011), hecho que generó la caída de gobiernos autoritarios, comenzando en Túnez con la caída de Zine El Abidine Ben Ali quien llevaba más de 23 años en el poder, luego en Egipto con la caída de Hosni Mubarak (una dictadura de casi 30 años) y en Libia dónde fue derrocado Muamar Gadafi el dictador libio quién permaneció 42 años en el poder.
También hay que recordar que gracias a varios medios de comunicación se logró visibilizar la crisis de Venezuela (del 2013 al presente) y movimientos como el #Metoo (2017), el Fridays for Future (2018), el Black Lives Matter (2020), y el #SOSCuba (2021), sucesos socio políticos dónde han sido fundamentales las diferentes plataformas sociales.
Sin embargo, este fenómeno de la hiperinformación comporta también algunos riesgos, generando un ecosistema propio para la descontextualización, la manipulación de datos y el exceso de las fake news y un cultivo para la pos verdad, como también la creación de comunidades como los Bot Social y los Trols, manipulando la opinión pública y “creando verdades” que terminan influyendo en las agendas legislativas, las elecciones y las decisiones políticas de muchos países, en palabras de Cecilia Orozco “La razón que los impulsa es clara: los éxitos mediáticos se miden en cantidades (…) con la eliminación de la calidad como prioridad”.
Por todo ello, los medios de comunicación tradicionales y actuales deben aprender a afrontar estos retos, adaptándose a las nuevas formas del lenguaje sin sacrificar el rigor y el profesionalismo, como lo señaló ya hace un año Fidel Cano, en este mismo escenario; “el periodismo no tiene que satisfacer a nadie, salvo a la verdad (…)El número de seguidores y de pulgares hacia arriba no hace mejor a un periodista, y sí peor al que pone esas variables como objetivo”.
Concluyo con un mensaje para los consumidores de información: es importante que cuando accedemos a la información que se nos brinda en los diferentes canales de comunicación analicemos cuidadosamente la fuente y el contexto en el que se da, para evitar ser instrumentos o medios de noticias falsas, responsabilidad que no solo implica escoger la información, sino también entender lo que cada uno decide compartir en el día a día.