La vicepresidente Francia Márquez nos recomendó en días pasados una versión ‘platanizada’ del Ozempic, la milagrosa droga danesa para adelgazar: “Debemos luchar por una Colombia en la que podamos vivir como nuestros hermanos y hermanas venezolanos sin codicia, sin avaricia, sin cosas materiales, solo comiendo lo estrictamente necesario.” Los rellenitos(as) comen más de lo necesario (nada personal doña Francia, por supuesto). La pregunta del millón es si el mercado por $31.390.452 para la presidencia y la vicepresidencia, en la que aparece mucho queso y tocineta ahumada ¿se compone de lo ‘estrictamente necesario’?, ¿o si la dieta del Ozempic venezolano es solo para los ‘nadies’?
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Tendrá la amabilidad la Contraloría de contestar, si los treinta millones de pesos que pagaron en la Cancillería a un informante, ¿o extorsionador?, presunto pícaro que ofrecía echarle agua sucia a la firma Thomas Greg, ¿de dónde salieron? También la Dian podría responder si estos treinta millones pagan impuestos ¿o en Colombia sólo pagan impuestos los trabajadores, las empresas y los empresarios?
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El Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, reveló 501 presuntos hechos de corrupción que ocurrieron en la administración de Daniel Quintero, cuyo principal objetivo pareciera fue saquear la ciudad. Ante la denuncia de Fico, alcalde que hoy goza del 87.1% de popularidad, Quintero afirma, "Veo a Fico desesperado, ahogado en basuras y con la criminalidad disparada tratando de desviar la atención". ¿No será que el desesperado es Quintero?
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De acuerdo con un artículo publicado en El Nuevo Siglo el pasado noviembre, según el Índice de Transición Energética 2023, publicado por el Foro Económico Mundial, en dos años Colombia pasó del puesto 29 al 39 en su camino hacia la transformación para adoptar el cambio climático. Asume uno que en el Índice de Retórica y Habladuría sobre el cambio climático, hemos avanzado de manera significativa. Dicho de otra forma, se hace muy poco, pero se compensa hablando mucho. ¿Cuándo empezará el gobierno a mermarle al discurso y meterle sinceramente el diente a la transición energética?
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El columnista de El Espectador, Mario Fernando Prado, afirma en su última columna que jóvenes estudiantes pertenecientes al Centro Democrático, realizaron una investigación que reveló cuántos estudiantes llevan más de 20 semestres “matriculados” en algunas universidades públicas del país: Universidad del Magdalena, 176 estudiantes; Universidad Tecnológica de Pereira, 155; Universidad de Córdoba, 83; Universidad del Valle, 77. Mario Fernando adicionalmente explica que “es fácil deducir que casi todos son activistas políticos que pregonan sus teorías revolucionarias y suelen encapucharse, expertos en agitaciones contra el sistema en cocteles molotov, lanzamiento de piedras y quién sabe qué otras cosas más. Y lo curioso es que las directivas de estas universidades que los albergan los requeteconocen y no les prohíben el ingreso ni los expulsan por temor al qué dirán.” La pregunta de fondo es ¿hasta cuándo va a seguir permitiendo el Ministerio de Educación esta vagabundería?
