Bogotá D.C. 22 de septiembre de 2017
Juan Carlos Henao
Rector de la Universidad Externado de Colombia
Miembros de la Comunidad Externadista
Álvaro Uribe Vélez
Senador de la República
Señor rector y miembros de la comunidad externadista, quiero manifestar mi postura frente a la difamación realizada por el Señor Álvaro Uribe y el grupo juvenil del Centro Democrático a propósito de la presencia de un miembro de las FARC en las instalaciones de la Universidad Externado de Colombia. Así, la presente tiene como objetivo principal exponer algunas apreciaciones respecto al documento redactado por este grupo, el día 20 de septiembre del presente año.
Me permito entonces exponer los siguientes puntos:
- Quiero recordarles a mis compañeros que nuestra universidad nace en respuesta al absolutismo y a la supresión de la libertad de enseñanza, las cuales eran impuestas por la dictadura de La Regeneración. Por lo tanto, se estableció una institución “que, desde sus comienzos, ha permitido el estudio y examen libre de las ideas, acogiendo alumnos de todas las regiones del país, ha practicado el respeto por los credos religiosos e ideologías políticas y ha promovido la tolerancia como fórmula para alcanzar la convivencia pacífica dentro de la heterogeneidad” (cita).
Por lo tanto, la Universidad Externado se ha caracterizado por ser un lugar donde se han escuchado todas las partes por más polémico que sea el debate, pues es esa la función de una casa de estudios y más como la nuestra.
- Por nuestra institución, en los últimos cinco años, han pasado personajes como Gustavo Petro, Enrique Robledo, José Obdulio Gaviria, Claudia López, Aída Avella, César Pachón, Francisco Santos, Alejandro Ordóñez, Recep Tayyip Erdoğan, e incluso el señor Álvaro Uribe, entre otros; todos con pensamientos y posturas diferentes, algunos con procesos judiciales, otros con procesos penales por delitos de lesa humanidad, unos sin ser juzgados, otros evadiendo la justicia, pero siempre bajo el principio de respeto a la palabra, con el fin de promover el debate y que los estudiantes hagan réplica de este, en sus clases, desde los diferentes sentires/pensares de cada individuo.
- Ha sido la brecha entre la academia y la realidad social, económica, política y cultural del país una de las grandes deudas en épocas de conflicto armado, de modo que es ahora, en “tiempos de paz” que precisamente, estamos llamados a acotar la misma, haciendo con ello un llamado contundente a la reconciliación; ¿no es precisamente en las aulas, en la educación, donde se debería hallar la alternativa pacífica a la solución de nuestros conflictos, a aprender a escucharnos y sobre todo, a valorar la importancia en la diferencia de nuestros saberes? Pensarnos un país menos violento nos lleva sin duda a pensar una Colombia educada, fundamentada como se ha mencionado ya, en el respecto por el otro y la construcción mancomunada de conocimientos sobre los cuales conducir ese país que todos queremos, que tanto anhelamos.
- Finalmente, retomo la frase de cajón porque considero que hoy más que nunca la considero pertinente: “yo prefiero verlos en un salón de clase empuñando la palabra, que verlos en el monte empuñando armas”.
Cordialmente
Un estudiante del Externado.