El próximo domingo 2 de marzo se entregarán los Óscar. Como siempre cada decisión que haya tomado el jurado será una pequeña injusticia ya que en estos premios muy pocas veces gana el mejor y sí lo hace el que haya tenido más presupuesto para hacer una campaña mediática efectiva. Me atrevo a decir que la última vez que ganó una gran película fue en el 2006, cuando Los infiltrados de Martin Scorsese, se alzó con la fea estatuilla dorada. Si deseas ganar un Óscar los pasos que hay que seguir son los siguientes: tendrás que hacer un jamón histórico de más de tres horas de duración en donde se reivindique a alguna minoría étnica o se recuerde a algún personaje trascendental de algún país exótico. Entre más lenta, fría y aburrida la hagas, más opciones tendrás.
Para obtener el premio al mejor actor tendrás que adelgazar o engordar cincuenta kilos e interpretar a un enfermo terminal o a alguien con algún tipo de discapacidad. Tom Hanks ganó dos años seguidos siendo un autista en Forrest Gump y un portador de VIH en Filadelfia. A pesar de sus evidentes limitaciones actorales, Charlize Theron ganó en el 2002 por haber engordado unos cuantos kilos en Monster. Por eso estamos convencidos de que Mattew McConaughey ganará la cerrada carrera que ha establecido con Leonardo Di Caprio. El hecho de haberse convertido en un guiñapo humano para la aburrida Dallas Buyers Club va a ser determinante.
En fin, el próximo domingo no habrá sorpresas y es por eso que es tan fácil hacer de pitonisa y predecir lo que sucederá. Empecemos pues a jugar:
MEJOR PELÍCULA
GANARÁ: 12 de esclavitud. Entregándole la estatuilla a Steve McQueen, Hollywood intentará pagar sus culpas por tanto racismo diseminado en todo su siglo de historia. Además tiene una cualidad que a los ancianos que rigen la Academia parece encantarles: Es larga, fría y aburrida. Otro somnífero del sobredimensionado realizador de Shame.
SE LO MERECE: Si existiera Dios no les quepa ninguna duda de que la estatuilla sería para Nebraska. La deliciosa comedia de Alexander Payne tiene algo que la Academia no perdona: es demasiado cínica para ser tomada en serio.
MEJOR DIRECTOR
GANARÁ: Alfonso Cuarón. No sólo es una contradicción, sino que es una incongruencia y un golpe a las políticas de autor que el hombre que hizo la mejor película del año no necesariamente gane como mejor director. La academia le dará este premio de consolación al director de Gravedad, la película más innovadora del 2013, técnicamente hablando.
SE LO MERECE: Alexander Payne, director de Nebraska. ¿Por qué? Por la simple razón de que es el autor de la mejor de las películas nominadas.
MEJOR ACTOR
GANARÁ: Mattew McConaughey. Es un enfermo terminal que ha adelgazado cuarenta kilos: suficientes razones para ser tomado en serio por la Academia.
SE LO MERECE: Leonardo Di Caprio, no sólo porque durante años se lo ha merecido, sino porque su interpretación de Jordan Belfort demuestra que es el mejor actor de su generación. Desde que empezó a trabajar con Martin Scorsese,a el director de Toro Salvaje ya no extraña tanto a Robert de Niro.
MEJOR ACTOR SECUNDARIO
GANARÁ: Jared Leto. ¿Razones? Su personaje es un travesti portador del VIH. ¿Hace falto algo más?
SE LO MERECE: Jonah Hill. Porque me encanta El lobo de Wall Street, porque el gordo más corrompido de Hollywood no ha hecho una sola película mala en su corta pero prolífera carrera, porque es una extraña combinación de John Belushi con Shirley Temple, tan perverso pero a la vez puro, tan gracioso pero a la vez tan oscuro. Actúa tan bien que parece que no actuara.
MEJOR ACTRIZ
GANARÁ: Cate Blanchet. Su actuación en Blue Jasmine hizo imposible que la Academia la ignorara. Sus avejentados miembros a veces se equivocan y premian al mejor.
SE LO MERECE: Cate Blanchet. ¿Hubo alguna mejor interpretación este año?
MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA
GANARÁ: Jennifer Lawrence. Sin duda una gran actriz que además se ha convertido en una de las consentidas de la Academia. Su breve actuación en Escándalo americano es lo mejor de una película completamente sobrevalorada.
SE LO MERECE: June Squibb. La actriz de 85 años construye un personaje lleno de matices. Al principio parece ser una esposa posesiva y tirana y después descubrimos que tan sólo es una madre con mucho carácter. Esta actriz, descubierta a los 61 años por Woody Allen, tiene la primera y última oportunidad de llevarse el Óscar. Ella ya sabe que no se lo darán pero nadie le quitará la felicidad de haber sido nominada.
MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA
GANARÁ: La gran belleza. Lenta, pretenciosa y aburrida. Por donde se mire un fallido homenaje a Federico Fellini.
SE LO MERECE: La caza porque fue la mejor de las películas nominadas en un año en donde fueron ignoradas La vida de Adele y Ninfomaniaca. La historia de Thomas Vitenberg pone en duda eso de que sólo los niños y los borrachos dicen la verdad.