NOMINADO A MEJOR SERIE DRAMÁTICA:
BREAKING BAD: ¿Que otra cosa podemos agregar hacia esta joya de la televisión contemporánea? En algún momento todos hemos sido Walter White aunque ninguno hayamos tenido su fatal determinación. De lejos es la gran favorita para llevarse la estatuilla. ¿No la ha visto? Aproveche este fin de semana y haga una maratón, en Netflix está completa.
Acaba de salir la historia de Breaking Bad en comic. El fenómeno parece único e irrepetible.
DOWNTON ABBEY: Correctísima serie de época con un gran diseño de arte y repleta de buenas maneras. A mi juicio no debió haber estado nominada, sobre todo teniendo en cuenta la gran temporada de Son of anarchy, una de las grandes ausencias de este año. Este dramón se irá sin nada.
TRUE DETECTIVE: La vi, la vi como hasta el quinto episodio y la abandoné como quien deja a una novia en el altar. Dicen que a las series no se les abandona, que nadie te devuelve el tiempo perdido…¿Pero si te aburres?. Si, los créditos son una chimba y esa canción que suena mientras vemos a los fanáticos de una secta religiosa convulsionar de alegría nos pone los pelos de punta. Pero para mí es una lenta locomotora a la que le cuesta agarrar fuerza. Lo peor es que esta miniserie, metida a la brava por HBO en esta categoría, es la que realmente podría amenazar el reinado de Breaking Bad. Pensar que hay ciegos que las comparan. Sería injusto que ganara.
La extraña atmósfera de True Detective
MAD MEN: La primera parte de la séptima temporada de Mad men empezó como siempre fantástica. Don Draper vuelve a ser el hombre con el que toda chica sueña y sin embargo ya empezamos ver los vestigios de la tormenta final. Se acaba la década y también la serie. No tiene opciones de ganar porque apenas vimos los primeros siete capítulos de su última temporada… y porque además tuvo la mala fortuna de competir contra la mejor serie de la historia.
JUEGO DE TRONOS: Soy fan de la serie, claro que si, pero no nos llamemos a engaños, en esta temporada la historia fue decreciendo y se vislumbran serios interrogantes sobre su destino. Con todo y lo irregular que fue le alcanza para ser considerada, al menos por este humilde servidor, como la rival más fuerte de Breaking bad. Sin embargo no tiene ninguna posibilidad de ganar.
HOUSE OF CARDS: Que tal el golpe de autoridad de Netflix, demostrando no sólo que puede enfrentarse a la televisión sino que con el tiempo hasta la podría enterrar. La trama política está llena de nudos y recovecos, pero si la sigues y no te rindes, podrás descubrir la inmunda cloaca en la que se incuban las intenciones de los políticos norteamericanos. No sé a ustedes, pero a mi me encantan las intrigas que maquina este Ricardo III contemporáneo.
En sus manos llenas de sangre está el destino de Estados Unidos
NOMINADOS A MEJOR ACTOR PRINCIPAL DE DRAMA:
BRYAN CRANSTON: Él es Heisenberg, la leyenda, el rey y nadie se lo va a discutir. La prensa está hablando de un mano a mano con ese aparecido del Matthew McConaughey, a quien lo conocimos solo este año mientras que con el querido Walter hemos transitado por sus angustias desde hace más de cinco temporadas. No me enreden que esto tiene dueño y con sus dedos azules de tanto perfeccionar el producto levantará el premio y luego se irá a descansar tranquilo, después de tantas muertes, persecuciones, engaños y mentiras. No hay nada que desgaste más que llevar una vida falsa.
JEFF DANIELS: La verdad es que no sé qué está haciendo este señor acá.
JOHN HAMM: La elegancia y la seducción metidas en un metro con noventa centímetros. Nadie se resiste a Donald Draper, ni siquiera los machos de Jaguar o Eastern, compañías que han caído en sus garras. El está sentado a la derecha del padre Cranstron en la santísima trinidad de la televisión colombiana. Es una pena que no hubiera tres premios este año. Uno segurísimo que sería para nuestro publicista preferido.
El inconfundible garbo de John Hamm
WOODY HARRELSON: voy a resumir esto en unas cuantas palabras: no soporté True detective, en parte, por lo mal que lo hace Harrelson.
MATTHEW McCONAUGHEY: Ay no pues, se enloquecieron con este man. Ahora no sólo le dieron un Óscar por interpretar al mismo sidoso de siempre, sino que le quieren dar un Emmy a este policía atormentado que cita a Ciorán y a Nietzsche. Tienen el descaro de ignorar a John Hamm para poner a este pelafustán como el rival del Rey. Nada, para mí no tiene ninguna opción.
KEVIN SPACEY: Después de hacer dramas existencialistas indigeribles como El sicoanalista, Spacey se reinventa en la televisión gracias a su Frank Underwood. Tercera persona de la santísima trinidad de la televisión, su talento es tan grande que nos hemos encontrado, frente al televisor, haciéndole fuerza al más corrupto y siniestro de los políticos.
FAVORITOS EN OTRAS CATEGORÍAS:
MEJOR ACTRIZ PRINCIPAL DE DRAMA:
ROBIN WRIGHT: Desempacada directamente del cine, la ex esposa de Sean Penn ha encontrado en su Claire Underwood la manera de mantenerse elegante, hermosa, siniestra y fría a sus 48 años.
MEJOR ACTOR SECUNDARIO EN SERIE DRAMÁTICA:
PETER DINKLAGE: Gracias a este actor norteamericano descubrimos que se puede ser enano y a la vez ser un símbolo sexual. Su encendido monólogo en el octavo episodio fue uno de los momentos más importantes este año en la televisión mundial. Ojalá gane aunque la va a tener difícil, al frente tiene a Aaron Paul.
MEJOR COMEDIA:
VEEP: Aprovecharan seguramente el mal año de The big bang theory y se impondrán aprovechando sus mejor arma: la implacable ironía con la que muestra al ignorante, oportunista e inepto político norteamericano.
