Desde abril del 2021 los vecinos del sector de Kennedy, en los limites de Bosa, no saben qué hacer. Es que en ese triángulo los habitantes de los barrios que colinda con la estación de Transmilenio de Américas, que mueve 120 mil personas al día, deben compartir espacio con las decenas de manifestantes pertenecientes a la Primera Línea que acampan de manera ininterrumpida en ese lugar desde hace casi dos años.
Uno de esos líderes, Alias 19, acaba de ser condenado a 14 años de prisión. La condena no tuvo nada que ver con las protestas de los muchachos que se levantaron contra las medidas del pasado gobierno Duque, que incluían una reforma tributaria que afectaba directamente a la clase media, promovida por el ministro de Hacienda Carrasquilla. La condena que cayó contra él tuvo que ver por tortura, porque entre los cambuches donde viven torturaron a agentes del estado, lo que generó la ira de la ley.
Cada cierto tiempo los miembros de la Primera Línea salen a destruir todo, a protestar contra el orden establecido. Porque, aún después de la entronización de Petro como presidente, el pasado 7 de agosto, los muchachos siguen saliendo con sus cocteles Molotov, sus explosivos, a poner todo patas arriba. Por eso los vecinos están malvendiendo sus propiedades. Una casa de tres pisos en el barrio Compartir Las Margaritas, con cuatro cuartos, dos baños y un patio, costaba antes del 2021 180 millones de pesos. Hoy, por la imposibilidad de llegar a estos barrios, además de Compartir Las Margaritas, Alameda San José, Quintas de Santa Cecilia o Brasilia, ha hecho que estas casas valgan menos de 100 millones de pesos. Es que, cada vez que sale la Primera Línea, a sembrar el caos, las personas deben bajarse de Transmilenio y caminar más de una hora, expuestos a uno de los lugares más peligrosos de Bogotá.
Si, es un infierno ser vecino de la Primera Línea.